El pasado 1 de mayo de 2025, la comarca de Calatayud, en la provincia de Zaragoza, fue testigo de uno de los lances cinegéticos más sorprendentes de la temporada. Diego Ibarzo Gilaberte, un joven cazador zaragozano de 34 años, abatió un corzo macho con una particularidad extraordinaria: tres cuernas bien desarrolladas y un total de trece puntas, una anomalía extremadamente rara en la especie (Capreolus capreolus).
El rececho tuvo lugar a última hora de la tarde, en uno de los cotos deportivos de Calatayud autorizados para la caza mayor. Diego, habitual del terreno, no cazaba solo, lo acompañaban sus dos primos pequeños, de 4 y 7 años, quienes disfrutan con él del campo, identificando huellas y rastros de fauna silvestre.
Durante el recorrido, y tras avistar un movimiento a unos 170 metros, Diego se percató de la presencia de un corzo grande. Sin embargo, nada hacía prever la rareza del ejemplar. Tras un disparo certero con su rifle BSA calibre .270 Winchester y munición Sako Powerhead II, el animal se internó en el monte, haciendo imposible encontrarlo y como estaba oscureciendo decidieron dejarlo para el día siguiente.
A pesar de los esfuerzos por encontrar al corzo, la escasa visibilidad obligó al cazador a suspender la búsqueda, pero al día siguiente por la mañana y con la indicación de sus primos, consiguieron encontrarlo: “No me lo podía creer. Habíamos pasado por ahí infinidad de veces”, confesó Diego.
Un trofeo único y científicamente interesante
El corzo presentaba una cuerna triple, un fenómeno poco común que ha despertado el interés de taxidermistas y expertos en morfología animal. Según explicó el profesional encargado de su naturalización, el crecimiento anómalo de los cuernos podría deberse a una lesión traumática antigua, probablemente una fractura en la base del cráneo, que habría afectado el desarrollo habitual de las rosetas.
Las anomalías de cuerna en corzos son escasas. Estudios científicos estiman que menos del 1 % de los corzos abatidos en Europa central presentan astas accesorias. En España, aunque no existen estadísticas oficiales de frecuencia, se consideran casos excepcionales y muy valorados desde el punto de vista cinegético y biológico.
El corzo de tres cuernos cazado en Calatayud.
Diego ha optado por naturalizar el cráneo del corzo, una técnica que permite preservar la estructura ósea intacta y exhibir en detalle las peculiaridades de la cuerna.
Aunque el corzo de tres cuernas representa un trofeo inigualable, para Diego la verdadera satisfacción proviene de haber compartido esta vivencia con sus primos. “No lo tenía controlado con cámaras ni térmicas. Fue pura suerte, y lo viví con dos críos que disfrutan del campo tanto como yo. Eso no se olvida nunca”, afirma emocionado.
Temporada de caza del corzo en Aragón
La caza del corzo macho en Aragón está permitida desde el 1 de abril hasta el 15 de noviembre, aunque en ciertas comarcas adscritas al Anexo V puede adelantarse al 1 de marzo. En la comarca de Calatayud, donde se desarrolló este lance, los cazadores pueden practicar el rececho siempre que lo hagan en cotos autorizados y bajo el marco del Plan Técnico de Caza aprobado por INAGA.
El coto en el que Diego cazó pertenece al grupo de cotos deportivos gestionados localmente, donde los cazadores deben:
-
Contar con licencia en vigor y seguro de responsabilidad civil.
-
Solicitar permiso a la entidad gestora.
-
Respetar los días hábiles y los cupos establecidos.
Calatayud es un enclave privilegiado para el rececho de corzo gracias a su mosaico de bosques mediterráneos, sierras y zonas agrícolas, que ofrecen cobertura y alimento a esta especie. Zonas como los Montes de Armantes, Valdelázaro y la Sierra de Vicor son especialmente frecuentadas por aficionados a esta modalidad.