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Incorporar cenas proteicas es una tendencia creciente en España, impulsada por el interés en la salud, la nutrición deportiva y el control del peso. Este tipo de cenas se caracterizan por un alto contenido de proteínas de calidad, provenientes de fuentes como carnes magras, pescado, huevos, lácteos, legumbres y frutos secos.
Las proteínas tienen un efecto saciante mayor que los carbohidratos y las grasas, lo que ayuda a reducir el picoteo nocturno y el consumo excesivo de calorías. Además, son esenciales para la reparación muscular, especialmente en personas que practican ejercicio. Durante la noche, el cuerpo regenera los tejidos y utiliza los aminoácidos de las proteínas ingeridas.
Una opción que podría enamorar a los aragoneses y que incorpora una lata de guisantes como base proteica es un revuelto de guisantes con longaniza de Aragón y huevo. Es una receta sencilla, nutritiva y con el toque tradicional de la gastronomía aragonesa.
Los guisantes (Pisum sativum) son una legumbre muy apreciada en la gastronomía por su sabor dulce y su versatilidad en la cocina. Aunque popularmente se consideran una verdura, botánicamente pertenecen a la familia de las leguminosas, al igual que las lentejas o los garbanzos.
Los guisantes destacan por su equilibrio entre proteínas, carbohidratos y fibra, lo que los convierte en un alimento muy completo: ricos en proteínas vegetales (aproximadamente un 5-7% en los frescos y hasta un 23% en los secos. Son ideales para dietas vegetarianas y veganas).
Igualmente, son una fuente de fibra (ayudan a la digestión, previenen el estreñimiento y regulan el azúcar), así como bajos en grasas (son ligeros y saciantes, adecuados para dietas equilibradas). Igualmente, son ricos en vitaminas y minerales (contienen vitamina C, antioxidante; vitamina K, buena para los huesos;, ácido fólico, esencial en el embarazo, y minerales como hierro, fósforo y magnesio).
Ingredientes
1 lata de guisantes (aprox. 200 g)
1 longaniza de Aragón (unos 150 g)
2 huevos camperos
1 diente de ajo
1 cucharada de aceite de oliva virgen extra
Sal y pimienta al gusto
Opcional: un toque de azafrán o pimentón para realzar el sabor
Paso 1
Preparar la longaniza: Retira la piel de la longaniza y córtala en rodajas o trozos pequeños. En una sartén con una cucharada de aceite de oliva, sofríela a fuego medio hasta que esté dorada y suelte su grasa.
Paso 2
Añadir el ajo y los guisantes: Pica el ajo finamente y añádelo a la sartén con la longaniza. Sofríe unos segundos y luego incorpora los guisantes escurridos. Cocina durante 3-4 minutos para que tomen sabor.
Paso 3
Incorporar los huevos: Bate ligeramente los huevos en un bol y agrégales una pizca de sal y pimienta. Viértelos en la sartén y remueve suavemente hasta que cuajen, pero manteniendo el revuelto jugoso.
Paso 4
Toque final: Si te gusta, añade una pizca de azafrán o pimentón para darle más profundidad de sabor. Sirve caliente con un poco de pan rústico para acompañar.
Es una cena rápida, alta en proteínas gracias a la longaniza, los huevos y los propios guisantes (que también aportan fibra y carbohidratos saludables). Además, su combinación de ingredientes tiene ese carácter contundente y tradicional que gusta en Aragón.
El revuelto de guisantes con longaniza de Aragón y huevo es un plato sencillo pero lleno de sabor, que combina ingredientes tradicionales aragoneses con un alto valor nutricional. Es una receta rápida, perfecta para una cena equilibrada o un almuerzo ligero.
Este revuelto destaca por su textura cremosa gracias al huevo y por el contraste entre la suavidad de los guisantes y el toque intenso y especiado de la longaniza de Aragón. La combinación de estos ingredientes lo convierte en un plato sabroso y reconfortante, ideal para cualquier época del año.
Este plato puede servirse como plato único acompañado de una ensalada fresca, o bien como parte de un menú más amplio, junto con una crema de verduras o un poco de pan casero. También puede presentarse sobre una tosta de pan crujiente, al estilo de un pintxo.
En definitiva, se trata de una opción ideal para quienes buscan una cena rápida, nutritiva y con el sabor inconfundible de Aragón.