España es uno de los países con mayor número de iglesias y templos religiosos del mundo, reflejo de su profunda historia cristiana y de la importancia que ha tenido la religión en la identidad cultural del país. Desde majestuosas catedrales hasta pequeñas ermitas rurales, estos edificios no solo cumplen una función litúrgica, sino que también son testigos del pasado y del arte en sus diferentes épocas.
Las iglesias españolas abarcan una impresionante diversidad de estilos arquitectónicos, desde las basílicas visigodas y las iglesias románicas medievales hasta las imponentes catedrales góticas, los templos renacentistas y los fastuosos edificios barrocos.
Cada una de ellas cuenta una parte de la historia del país y muestra la evolución artística a lo largo de los siglos. Y además, muchas de ellas pasan desapercibidas para la mayoría, caso de la Iglesia de la Mantería, también conocida como la Iglesia de Santo Tomás de Villanueva, lo único que ha sobrevivido del antiguo Convento de Santo Tomás de Villanueva, y un lugar en Zaragoza que esconde un auténtico tesoro.
La iglesia de la Mantería.
Se trata de un pequeño templo que está ubicado en la Plaza de San Roque, una tranquila plaza en el Coso Alto de Zaragoza, cerca del Edificio de la Adriática, el primer rascacielos de la ciudad.
En cuanto a su exterior, la iglesia es uno de los mejores exponentes del barroco en Zaragoza, destacando especialmente los dos torreones que flanquean su fachada principal y su detallada ornamentación.
Se la conoce como la Capilla Sixtina de Zaragoza debido a que lo más sobresaliente de este templo son las pinturas que adornan sus cúpulas y paredes. Fueron realizadas por Claudio Coello, uno de los grandes pintores del barroco español, en 1685.
Interior de la Iglesia.
En definitiva, la Iglesia de la Mantería es un tesoro arquitectónico y artístico de Zaragoza, y aunque no está siempre abierta, su riqueza histórica y cultural la convierte en un lugar digno de ser visitado cuando está accesible.