Aragón es una comunidad autónoma llena de pueblos con un encanto especial, donde la historia, la naturaleza y la arquitectura se combinan para crear lugares mágicos. Entre ellos, Albarracín (Teruel), considerado uno de los pueblos más bonitos de España, Albarracín parece sacado de un cuento medieval. Sus calles empedradas, casas de tonos rojizos y su imponente muralla lo convierten en un destino imprescindible.
Además, cabe destacar que el Pirineo aragonés alberga numerosos pueblos encantadores que, junto a sus impresionantes paisajes, crean una escena de gran belleza, evocando, en cierta medida, rincones de otros lugares del mundo.
Es el caso de una pequeña localidad del municipio de Broto, en Huesca, encontramos un paisaje que nos transporta a Japón sin necesidad de salir de España, ya que incluso podría denominarse como el 'Monte Fuji' aragonés.
Su entorno natural privilegiado, rodeado de praderas y montañas, lo convierte en un lugar ideal para los amantes de la naturaleza y la tranquilidad. Sin duda, una zona ideal para los amantes de la montaña.