Zaragoza
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La construcción de la gigafactoría de baterías de Stellantis en Figueruelas marcará un antes y un después para la economía aragonesa. Concebida como una de las inversiones industriales más ambiciosas de los últimos años, la planta promete consolidar a Zaragoza como un polo estratégico de la movilidad eléctrica en el sur de Europa y reforzar el liderazgo del sector automovilístico en Aragón, clave para el empleo y la innovación tecnológica.

Aunque ya se han realizado algunos trabajos sobre el terreno, la construcción en sí dará comienzo este miércoles con la puesta de la primera piedra, un acto simbólico que aglutinará a altos directivos de Stellantis y CATL y que marcará el inicio de una nueva era para la automoción aragonesa. Ambas compañías ya tienen el PIGA (Proyecto de Interés General de Aragón) aprobado y su publicación este lunes en el BOA permite dar el pistoletazo de salida a los trabajos.

La multinacional ya tiene el visto bueno definitivo para iniciar las cimentaciones y la estructura prefabricada del nuevo edificio de Celdas 01, el más extenso de todos los que compondrán la gigafactoría, con 151.141 metros cuadrados. El presupuesto de ejecución de estas obras de cimentación y estructura prefabricada supera los 42 millones de euros.

Este hito marca el pistoletazo de salida a un calendario con el que Stellantis pretende tener la planta finalizada al completo y en operación en 2030. Será entonces cuando la gigafactoría pueda alcanzar su máxima producción, con hasta un millón de baterías cada año cuando esté en su máximo funcionamiento.

Antes, tal y como recoge la documentación definitiva del PIGA, Stellantis quiere poner en marcha la Fase 1 en 2028 a un 30% de la capacidad total prevista. No obstante, la compañía pretendía iniciar la producción de baterías unos cuantos meses antes, ya en 2026, aunque sea de forma inicial.

Posteriormente, Stellantis quiere lanzar la Fase 2 en 2029 a un 65% de su capacidad, mientras que en 2030 ya estaría la planta completa en operación. Será en este momento cuando, según las previsiones de la compañía, se alcancen los 3.000 empleos que se anunciaron en su día.

En total, la gigafactoría supondrá una inversión de 4.100 millones de euros, de los que 1.586 se destinarán a la obra civil, edificaciones e instalaciones; 1.833 al equipamiento y al proceso productivo; y 680 a los gastos de puesta en marcha de la operación y el lanzamiento.

La fábrica se ubicará en un terreno de 89 hectáreas dentro del actual centro productivo de Stellantis en Figueruelas, en el extremo noroeste, y que se encuentra sin uso. Este suelo ya fue adquirido por General Motors en 1982 y recalificado como uso industrial para abordar nuevos proyectos en la fábrica, lo que ha sido un aspecto relevante a la hora de que la compañía optara por ubicar la gigafactoría en Zaragoza.

Las baterías fabricadas serán empleadas en los vehículos eléctricos de los segmentos de turismos, crossover y SUV pequeños y medianos bajo la marca de Stellantis, que se fabriquen tanto en la planta actual de Figueruelas, como en otras plantas nacionales e internacionales del grupo.

De este modo, la fabricación de baterías será un elemento diferenciador de la planta aragonesa como un paso más allá en el proceso de fabricación de vehículos eléctricos, evitando la dependencia del suministro procedente de áreas alejadas, ya que, actualmente, gran parte de las baterías requeridas proceden de Asia.