Zaragoza
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El presente y futuro de Épila dio un giro radical el 3 de febrero de 2017. Ese día, el gigante alimentario BonÀrea presentaba sus planes para instalar un macrocentro logístico e industrial en la comarca de Valdejalón, en esta humilde localidad de 4.400 habitantes que prácticamente iba a duplicar su población con la llegada de 4.000 trabajadores.

Casi nueve años después, este complejo alimentario ya está funcionando al 25%, con alrededor de 200 trabajadores y 223 millones de euros invertidos. La gran magnitud de trabajadores llegará para los cuatro mataderos de rumiantes, pollos, pavos y cerdos, para los que todavía no hay fecha, aunque la compañía prevé tener todo el complejo construido en 2030.

El complejo está situado junto a la autopista A-2, a unos 40 kilómetros de Zaragoza y a 7 de la propia Épila. El camino hasta llegar al lugar está rodeado por un paisaje estepario aragonés, hasta que te vas acercando hasta el Valdejalón, donde emerge toda una ciudad de 180 hectáreas, el equivalente a 225 campos de fútbol y casi el doble que el propio núcleo urbano de la localidad.

El lugar elegido no es casual. Su forma de trabajar le obliga a estar lo más próximo posible a los consumidores, y desde Zaragoza llegan a controlar un ámbito con 20 millones de habitantes en el noreste de la península, a tiro de Madrid, Valencia y Bilbao, algo inviable desde su Guissona natal.

Nave logística de BonÀrea en Épila E. E.

Actualmente, el grupo catalán tiene en marcha su nave logística, la nave de frutos secos y el lavadero de cajas, y el próximo mes de abril se comenzará a trabajar con la de líquidos. Por delante aún quedan otras naves para jamones, productos elaborados, congelados, postres, secos, fruta y verdura, una fábrica de piensos e, incluso, un helipuerto.

Los planes más inmediatos incluyen, para el próximo 2026, una inversión de 27 millones de euros, que incluye avances en la nave de líquidos y la puesta en marcha de la construcción de la nave de ‘pet foods’ o la tienda de conveniencia. También está prevista la incorporación de más de 40 empleados para el año que viene.

La nave logística

El alma de este complejo es su gran nave logística, de más de 100.000 metros cuadrados, colocada estratégicamente en el corazón del macrocentro industrial. Puesta en marcha en 2022, actualmente está trabajando al 25% de su capacidad máxima, sirviendo a 130 de las 600 tiendas de BonÀrea en Aragón, Navarra o La Rioja, aunque podría llegar a las 250. Es decir, en su máximo apogeo, podrá llegar a entregar productos a un millar de establecimientos.

Nave de almacenaje de BonÀrea en Épila E. E.

A día de hoy se trabaja en la construcción de 16 pasillos del almacén automático de cajas, ocho de ellos destinados a productos de temperatura ambiente y el resto de refrigerados. Se podrán almacenar 300.000 cajas, unas 20.000 por pasillo, que podrán enviarse directamente al sistema automático de preparación de pedidos y enviarse a las tiendas.

Asimismo, entre estos almacenes emerge una cámara de congelado de 6.000 metros cuadrados, que tiene almacenados hasta 2.500 palés de distintos productos destinados a la restauración, como pan, anillas de calamar, pescado o verdura congelada. También se encuentra otro sector para el almacenaje de productos secos de otras marcas, desde vino y cereales hasta pañales, de media y baja rotación.

La galería subterránea

Uno de los grandes secretos de este centro industrial no estará sobre tierra, sino escondido a un par de metros de profundidad. Se trata de una galería de 3,5 kilómetros que cruza todo el complejo industrial conectando todas las naves y por la que se transportarán mediante cintas los productos directamente al centro logístico. Comenzará a funcionar cuando arranque la nave de líquidos.

Lavadero de cajas

La caja blanca reutilizable es uno de los elementos más reconocibles y simbólicos del modelo BonÀrea. Se trata de un envase que permite ahorrar cada año 25.000 toneladas de cartón de un solo uso y que, tras el fin de su vida útil, se reutiliza para nuevas cajas.

Lavadero de cajas de BonÀrea en Épila E. E.

En el complejo de Épila se dispone de una nave específica de 29.000 metros cuadrados dedicada al lavado y recuperación de estas cajas. En ellas se limpian y revisan 22.500 cajas cada día, incluyendo un sistema de inteligencia artificial para detectar desperfectos o suciedades.

En esta línea, BonÀrea está preparando nuevos envases reutilizables y reciclables para sus productos, de forma que se puedan devolver a las tiendas después de la compra. Están ideados por el ingeniero zaragozano Jorge Igor, y la compañía cobra 45 céntimos extra por bandeja, pero abona a los clientes 50 céntimos cuando la devuelven. De momento, solo está en periodo de pruebas en las 57 tiendas de Tarragona con los filetes de pollo, pero ya se planea extenderlo a otros productos.

Nave frutos secos

Mientras, la nave de frutos secos, de 15.000 metros cuadrados, ya ha iniciado su primera fase de actividad, con una veintena de trabajadores, dedicados a la recepción, descascarado, repelado, tostado, salado y envasado de almendras -procedentes de Aragón y Navarra- y otros frutos secos, como pistachos, anacardos, avellanas y pipas.

Nave de frutos secos de BonÀrea en Épila E. E.

Durante el año 2026 se prevé una segunda fase de ampliación, donde se incorporarán nuevas líneas de mezclado, envasado y encajado, y está previsto añadir también otras dedicadas al chocolateado.

La energía utilizada en todos los procesos térmicos proviene de una caldera de biomasa que se alimenta con cáscara de almendra, lo que permite aprovechar los productos y reducir residuos.

Nave de líquidos

Para el mes de abril está prevista la apertura de la nave de líquidos, de 15.000 metros cuadrados, destinada al tratamiento y envasado de leche, zumos, agua, vino y aceite. Se comenzará a trabajar con leche entera, semidesnatada y desnatada, con hasta diez millones de litros al año, aunque alcanzará los 25 millones de litros.

Construcción de la nave de líquidos de BonÀrea en Épila E. E.

Posteriormente, en 2027 se empezará a envasar aceite y vino, y en 2028 llegarán las bebidas vegetales y los zumos. No hay fecha para el embotellado de agua, que llegará procedente del embalse de Yesa, con unos 20 millones de litros en botellas de litro y medio y, posiblemente, garrafas.

‘Pet foods’

Así, la próxima en arrancar la construcción será la planta de ‘pet foods’, dedicada a los alimentos para animales y mascotas. Utilizará cereales de proximidad y, en el futuro, se abastecerá de carne fresca procedente de los mataderos del propio complejo de Épila.

Esta nave, que podría ponerse en marcha en diciembre de 2027, ocupará una superficie de 11.750 metros cuadrados e incorporará una torre de 35 metros de altura, donde se desarrollará todo el proceso de molturación, mezcla, extrusión, secado y envasado.