Zaragoza
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El sector energético quiere abrazar la inteligencia artificial para optimizar su funcionamiento en una sociedad cada vez más conectada y dependiente de la electricidad disponible. Un ejemplo es el apagón del pasado 28 de abril, cuando toda la península se quedó durante horas sin luz, algo que, aseguran los profesionales, será más sencillo de evitar con la implantación de los servicios de IA.

Así se ha puesto de manifiesto en una jornada en la que el clúster energético Clenar, Amazon Web Services y el centro tecnológico Circe han escenificado el “evidente binomio” que existe entre energía e inteligencia artificial.

Una relación que en Aragón se evidencia aún más con la expansión de proyectos de centros de datos al calor de la masiva disponibilidad de energía renovable. “Podemos predecir, optimizar nuestra generación, y saber cuándo tenemos que generar y consumir de una manera mucho más eficiente e inteligente de lo que se venía haciendo hasta ahora”, ha apuntado el presidente de Clenar, Pedro Machín.

Porque la energía, incide Machín, “tiene que ser tecnológica o no será”, como muchos otros sectores. “Para ello, el transporte, el consumo y la generación deben estar totalmente coordinados y desde luego que la inteligencia artificial nos puede ayudar”, ha subrayado el presidente de Clenar.

Desde el sector tecnológico no dudan en que la inteligencia artificial hay que entenderla “como la informática en los años 90”, y está llamada a mejorar todo tipo de predicciones a futuro. “Gracias a la inteligencia artificial, se está pudiendo prever con muchísima más precisión y, por tanto, se puede planificar y controlar. No me imagino un pequeño rincón de la energía donde la inteligencia artificial no esté ayudando a que todo se haga con mayor precisión”, ha afirmado el director general de Circe, Andrés Llompart.

Todo ello en un sector como la energía donde se juega al “milisegundo”, como ocurrió en el apagón de abril. “No hablamos de segundos. En un segundo ha pasado una barbaridad de tiempo desde el punto de vista de la estabilidad. Los modelos tienen que ser muy precisos para poder simular y prever de antemano las peores situaciones y capacitar al sistema para que, aun en la peor situación, el sistema va a seguir siendo estable”, ha expuesto Llompart.

Ahí entra el papel de la multitud de centros de datos que se está expandiendo por el territorio, principalmente el entorno de Zaragoza, como los tres de Amazon Web Services que ya están en funcionamiento. “La inteligencia artificial, por una parte, demanda energía, pero demanda energía para optimizar a otras muchas industrias que son altamente consumidoras de energía. El balance que estamos viendo es positivo”, asegura el director de Relaciones Institucionales de AWS, David Blázquez.

Para optimizar la gestión de la energía, desde Amazon Web Services reivindican la importancia de estos centros de datos para transportar la infraestructura digital tradicional hacia estas instalaciones. “Solo moviendo las cargas de una infraestructura tradicional, es decir, de nuestro ordenador o del servidor de una empresa en los bajos de una industria, conseguimos reducir una huella de carbono del entorno entre el 80% y el 99%”, ha apuntado Blázquez.