La economía aragonesa se expande al mismo ritmo que el conjunto nacional, con un PIB regional estimado en +2,9% interanual. Este crecimiento se apoya en la fuerte demanda interna: el consumo privado crece un notable 5,9% y la inversión en bienes de equipo supera el 10%. Así lo señala la nueva edición de la Revista Economía Aragonesa que edita Ibercaja.
Por la otra cara, también informa que la región ha pasado de superávit a déficit comercial por el desplome de las exportaciones del sector del automóvil (-57,9% hasta abril), especialmente hacia Alemania y Francia.
Además, el mercado laboral muestra avances (1,9% de crecimiento en afiliación), aunque por debajo de la media nacional, y los precios de la vivienda superan el 13% interanual, reflejo de una demanda muy activa ante una oferta insuficiente.
En el panorama nacional España mantiene un comportamiento económico más resiliente que sus socios europeos, con un crecimiento del PIB del 2,8% interanual en el primer trimestre de 2025. El consumo privado (+3,7%) y la inversión, tanto pública como privada, actúan como pilares del avance.
Por su parte, el empleo continúa creciendo (2,4%), con récord histórico de afiliaciones, y el sector inmobiliario registra un fuerte dinamismo, aunque los precios de la vivienda suben con intensidad (+12,2%), poniendo en evidencia el desfase entre oferta y demanda. La inflación permanece en torno al 2%, ayudada por la caída del precio del petróleo y la apreciación del euro.
Durante la presentación también se ha hecho un análisis del contexto global. Este sigue dominado por la intensificación de la guerra arancelaria impulsada por la administración estadounidense. Estados Unidos mantiene un arancel genérico del 10% y ha impuesto tarifas adicionales, alcanzando hasta el 145% en el caso de China, lo que ha distorsionado el comercio mundial, generado acumulación de inventarios y elevado el déficit comercial estadounidense.
Por tanto, el crecimiento global sufre: EE.UU. registró una caída del PIB en el primer trimestre (-0,5%), con un consumo privado débil y tensiones en su producción industrial. La Zona Euro, por su parte, creció un 0,6% gracias al empuje de Irlanda, aunque la producción industrial sigue afectada por la baja demanda y la pérdida de tracción en países como Alemania.