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La Basílica del Pilar avanza hacia su total restauración para el 2040. Este jueves, 18 de diciembre, se ha presentado la rehabilitación total de la Capilla de San Joaquín (la de las confesiones), junto a dos nuevas esculturas de San Josemaría y Santa Genoveva.

La capilla, bastante deteriorada, ha recuperado todo su esplendor artístico. Las obras han abarcado la fábrica del espacio, los elementos ornamentales y el sistema de iluminación, consolidando así una de las capillas más relevantes del templo, dedicada a escenas de la vida de la Virgen.

Se preveía una inversión de 366.000 euros, pero finalmente el proyecto ha supuesto 500.000 euros. Ha sido financiado en un 80% mediante donativos y el 20% restante por el Cabildo Metropolitano de Zaragoza.

Restauración de la capilla de San Joaquín

Esta actuación constituye el primer gran hito del denominado Proyecto Pilar 2040, presentado públicamente el pasado mes de julio. Con esta iniciativa, el Cabildo inicia el camino hacia la conmemoración del Bimilenario de la Venida de la Virgen, que se celebrará en 2040.

Según ha explicado el deán del Cabildo Metropolitano de Zaragoza, Juan Sebastián Teruel, el proyecto integra de forma convergente las dimensiones cultual, patrimonial y caritativo-social. "Con la restauración exhaustiva de la capilla de San Joaquín damos un paso inicial muy significativo en un itinerario a largo plazo de rehabilitación integral de la casa de nuestra madre, la Virgen del Pilar, que es la casa de todos", ha afirmado.

Presentación de la restauración de la capilla de San Joaquín del Pilar. E.E

La capilla está presidida por un grupo escultórico de San Joaquín, padre de la Virgen, que "contempla con ternura a María niña". La obra, realizada por Antonio Palao y Marco, se sitúa ante una perspectiva del templo pintada sobre tabla por Mariano Pescador. Todo el conjunto se integra en un monumental retablo rococó del siglo XVIII.

"El estado de conservación de la capilla era deficiente y presentaba un aspecto oscurecido y grisáceo", ha explicado Isaac González, técnico de patrimonio del Cabildo Metropolitano de Zaragoza.

Adosado al muro izquierdo sobresale el mausoleo funerario del I Duque de Montemar, cuya familia adquirió esta capilla en el siglo XVIII, siguiendo la tradición aristocrática de la época. Se trata de una de las piezas funerarias más relevantes del panorama artístico aragonés del siglo XVIII, obra de Esteban Peñafiel y Lamberto Martínez Lasarta.

En el lateral derecho se encuentra el lienzo de la Visitación, de autor anónimo y con influencias del círculo pictórico de fray Manuel Bayeu, que ha sido restaurado tras la eliminación de repintes y la reintegración cromática original.

Los trabajos han incluido la limpieza y restauración del retablo, recuperando la viveza de la policromía de las figuras y el dorado original de la madera, así como la limpieza físico-química de todas las superficies.

También se ha intervenido en la cubierta y la cúpula, con la reparación de grietas, humedades y filtraciones, y en la cripta y la sacristía, donde se han saneado y repuesto los revestimientos.

La actuación culmina con una nueva iluminación que realza los valores artísticos del conjunto y pone en valor las nuevas esculturas incorporadas.

"Ahora es posible detenerse y disfrutarla en su máximo esplendor, apreciando la riqueza y variedad de sus elementos artísticos, así como cromatismos y detalles que hasta ahora permanecían ocultos", ha afirmado el restaurador.

Esculturas de San Josemaría y Santa Genoveva

Siguiendo la tradición de otras capillas de la Basílica del Pilar dedicadas a santos aragoneses, la capilla de San Joaquín incorpora dos nuevas esculturas contemporáneas de San Josemaría Escrivá de Balaguer y Santa Genoveva Torres, realizadas por la escultora Diana García Roy.

"Han sido 14 meses de trabajo y he intentado que las figuras fueran acogedoras, que inviten a rezar", ha explicado la escultora.

La escultora Diana Roy durante la presentación de sus obras de San Josemaría y Santa Genoveva. E.E

Ambas piezas, fundidas en bronce a la cera perdida y acabadas con una pátina en tono tostado, se integran de forma armónica en el conjunto por su materialidad y cromatismo. Miden 1,70 metros de altura y se asientan sobre peanas de piedra negra de Calatorao.

La escultura de San Josemaría conmemora el centenario de su primera misa, celebrada en marzo de 1925 en la Santa Capilla del Pilar tras su ordenación sacerdotal.

La obra lo representa revestido con casulla, adornada con un bajorrelieve de la Virgen del Pilar, en una actitud cercana y acogedora: una mano protege la imagen mariana y la otra se extiende hacia el fiel.

Por su parte, la imagen de Santa Genoveva Torres recuerda a la fundadora en Zaragoza de la Congregación de las Angélicas, institución dedicada a atender a mujeres solas y sin recursos.

Nuevas esculturas de San José María y Santa Genoveva en la Basílica del Pilar. E.E

Representada de pie, con gesto acogedor y apoyada en sus características muletas que utilizó desde su adolescencia (sufrió la amputación de una pierna), viste el hábito de su época y porta la medalla del Sagrado Corazón.

Santa Genoveva consagró su vida y su fundación a combatir y remediar la soledad de mujeres solas y sin recursos. Fue canonizada por Juan Pablo II el 4 de mayo de 2003.