Zaragoza
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Aragón es una tierra con una indudable riqueza vinícola. Con varias denominaciones de origen a lo largo de su territorio, no se entiende la Comunidad sin un valor como el vino. De hecho, Cariñena, municipio zaragozano, ostenta el título de Ciudad Europea del Vino durante este 2025.

Así pues, las posibilidades de disfrutar de esta bebida que enamora a autóctonos y extranjeros son numerosas. Entre ellas, destaca un exitoso proyecto, ‘Vente de Vinos’, que organizan la Panadería de Luis Ángel en Almonacid de la Sierra con la Ruta del Vino del Campo de Cariñena.

Este consiste en celebrar catas de vino en sitios especiales y asombrosos, tal y como destaca Luis Ángel, panadero. “Este año está dedicado al patrimonio. Por eso se llama Maridando Patrimonio. Vamos a hablar, sobre todo, de patrimonio histórico y artístico, de tradiciones y costumbres. En cada pueblo van a ser vinos totalmente distintos, aprovechando las bodegas de la D.O.”, explica.

La ruta empieza este mismo sábado 12 de abril en Almonacid de la Sierra, si el tiempo acompaña. “Vamos a hacer una pequeña visita al patrimonio artístico-histórico de la villa e ir hasta un horno de pan antiguo que se ha restaurado. Allí hacemos la cata hablando de los elementos que hacían en el horno antiguamente las señoras del pueblo. Además, maridaremos cuatro vinos de la Denominación de Origen de Cariñena”, cuenta Luis Ángel.

La nueva edición comienza este sábado.

Para esta primera parada está invitada la pastelería Manuel Segura, que se encarga de endulzar la jornada en la que se degustarán cuatro vinos con cuatro productos de la tierra.

Además, el panadero ha confirmado que hay fechas hasta octubre en distintos pueblos de la Denominación de Origen de Cariñena: Tosos, Encinacorba, Aguarón, Alpartir, Cariñera, Alfamén, Mezalocha, Aladrén, así como otros todavía pendientes.

Este año la ruta se dedica al patrimonio de los municipios.

En Cariñena va a haber varios eventos. Por ejemplo, uno de ellos tendrá lugar en Santa Catalina del Monte, un convento franciscano que está donde murió Juan de Altamiras, franciscano de Aragón.

En estas catas, la panadería tiene un papel muy importante con sus reconstrucciones de dulces y de productos artesanales antiguos: “Este sábado comeremos la mortaja, que es un salado que hacen aquí las abuelas. Es una masa de pan con aceite de oliva, bacalao, anchoas y un pesto casero. Esto lo hacían para la Semana Santa, aprovechando que ahora queda poco, vamos a hacerlo”.

El éxito ha sido enorme desde el verano pasado.

Repetir el éxito

Estas catas comienzan ahora su nueva edición, después del éxito del 2024, cuando empezó allá por el verano. Desde luego, las expectativas se superaron. “La idea era que fueran catas para 30 personas, y de 80 nos hemos bajado. Es un éxito total”, asegura Luis Ángel.

“Nos ha sorprendido que hay muchísima gente joven. La media de edad va desde 19 años hasta 89. El arco de edad es brutal. Estamos súper contentos de que en la misma cata estén los padres, los hijos y los nietos”, reflexiona el panadero y organizador.

De cara a inscribirse, cada Ayuntamiento de cada municipio anuncia la fecha unas semanas antes a través de redes sociales. Eso sí, para los interesados, tienen que estar muy atentos porque las plazas vuelan. De hecho, para esta primera cata, las 80 disponibles se llenaron en 2 horas.