Zaragoza
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El miércoles por la noche, Yolanda Mañas, jefa de los Servicios Sociales Especializados del Ayuntamiento de Zaragoza, se adentró junto a varios técnicos municipales en el Parque Bruil durante más de dos horas para hablar con las personas que pernoctan allí. La visita, parte de un esfuerzo continuo de seguimiento y atención, permitió conocer de primera mano la situación de quienes viven en la calle y necesitan apoyo urgente.

Durante el recorrido, Yolanda y su equipo anotaron que "57 personas" pasaban -por lo menos ese día- la noche en el parque. La mayoría son jóvenes inmigrantes, principalmente procedentes de países subsaharianos como Malí, Senegal y Guinea. La jefa de los servicios sociales explica que muchos de ellos son solicitantes de protección internacional, y aunque algunos ya han comenzado a trabajar, carecen de vivienda y de los documentos necesarios para regularizar su situación.

"Son todos chavales entre 20 y 30 años, muy educados y cuidados, completamente diferentes del perfil típico de personas sin hogar con el que trabajamos habitualmente", explica Yolanda. "Nosotros estamos acostumbrados a atender a personas que han perdido progresivamente su red familiar o su vivienda y que necesitan un proceso de recuperación desde esas pérdidas. Con estos chicos la situación es distinta: necesitan papeles y un lugar donde vivir", reclama.

El trabajo del equipo

El trabajo del equipo de Servicios Sociales Especializados incluye la observación directa, entrevistas y registro de datos, así como la coordinación con el albergue municipal y otros recursos como la Casa de las Culturas. La atención se centra en garantizar que cada persona reciba el apoyo correspondiente según su situación, aunque la jefa del área señala que la respuesta no depende únicamente del Ayuntamiento.

"Si las personas con derecho a protección internacional son atendidas por el sistema que les corresponde, el número de personas en situación de calle disminuiría y nosotros podemos centrarnos en quienes dependen de nuestros recursos", expone.

La burocracia y los retrasos en la gestión de citas y expedición de documentos generan tensiones. Algunos jóvenes esperan más de seis meses para regularizar su situación, obligándolos a vivir en la calle sin acceso a derechos básicos.

Y, aunque de momento las temperaturas se mantienen cálidas, Yolanda alerta sobre la llegada del invierno. "Nos preocupa que estos chicos tengan que pasar los meses más fríos sin una solución. Si cada institución atiende a quienes le corresponde, podremos evitar que nadie se quede en la calle", asegura.

El aumento de jóvenes subsaharianos en Zaragoza es un fenómeno reciente, y el Ayuntamiento se ve obligado a adaptarse rápidamente. Yolanda subraya la necesidad de coordinación con el Gobierno central y otras entidades: "La migración cambia constantemente, y los recursos locales tienen que ajustarse a los nuevos perfiles que llegan", confirma.

Aunque el albergue municipal está ampliando sus instalaciones, las obras no estarán listas antes del invierno. Mientras tanto, los servicios sociales buscan soluciones temporales para garantizar que nadie se quede sin techo durante la temporada más fría. "Cuando abramos los nuevos pabellones, será un espacio más digno y seguro, pero no será hasta finales de octubre", concluye.