Las gradas de La Romareda no son las únicas que van a pasar a mejor vida. Las máquinas también han retirado en estas últimas horas decenas de árboles del entorno del paseo de Isabel la Católica -junto al túnel que conecta con las Urgencias del Miguel Servet- para 'abrir paso' al nuevo estadio.
La nueva Romareda será más grande que el antiguo campo, circunstancia que obligará a repensar todo el entorno, incluida la superficie arbórea. Tampoco sobrevivirán las plazas de aparcamiento al aire libre, muy utilizadas hasta hace escasas semanas por el personal y los pacientes del Hospital Infantil y el Miguel Servet.
Los propios pliegos de la bautizada como fase 1B avanzaban que sería necesario talar más de un centenar de ejemplares. Las zonas más afectadas serán el paseo de Isabel la Católica, la calle de Jerusalén -donde ya a principios de abril se empezaron a oír críticas- y Eduardo Ibarra.
La tala de árboles ha sido uno de los 'talones de Aquiles' de los dos primeros años de la 'era Chueca'. Ya hubo polémica con los de César Augusto, y la ampliación del Parque de Atracciones ha hecho 'despertar' al tejido vecinal por sus posibles afecciones a los Pinares de Venecia, que el Ayuntamiento niega. También ha provocado duras críticas por parte de Zaragoza en Común (ZEC) y del PSOE de Lola Ranera.
Desde el Consistorio aseguran que, en el caso de La Romareda, ya se está trabajando con el Real Zaragoza para 'reconfigurar' la masa verde de la zona. La concejala de Medio Ambiente y Movilidad, Tatiana Gaudes, confirmaba ayer a EL ESPAÑOL DE ARAGÓN que todos los árboles de la calle de Jerusalén se repondrán en su ubicación original.
Con los de Isabel la Católica no ocurrirá lo mismo, ya que no habrá espacio físico y, de mantenerlos, podrían generarse problemas con los accesos. El compromiso, no obstante, es que cada árbol apeado se reponga por otro "en otros espacios de la zona" aún por determinar. "Los más grandes serán sustituidos por cinco o seis de menor porte", apuntaba la edil.
El compromiso va más allá de las palabras, dado que, si se incumple, los propios pliegos establecen que la sociedad La Nueva Romareda SL -integrada por el Ayuntamiento, el Gobierno de Aragón y el Real Zaragoza- tendrá que 'apoquinar' más de 130.000 euros en concepto de compensación económica.
En el suelo
Este miércoles, la imagen de los alrededores del estadio era muy distinta a la de hace solo una semana. Las vallas instaladas en el perímetro hacen difícil ver qué se cuece 'entre bambalinas', pero conforme se coge altura, la cosa cambia.
Los árboles que el pasado viernes resistían al avance de la piqueta descansaban ayer en el suelo 'a la espera de sepultura'. En este caso, previsiblemente, no ocurrirá como con los olivos de la plaza de Salamero, ya que solo los árboles de gran porte sobreviven a este tipo de trasplantes.
Las obras de La Romareda, en la actualidad.
Entre tanto, las máquinas continúan trabajando sin descanso en el derribo de la antigua Tribuna de Preferencia, la única que sigue en pie. La previsión es que pase a la historia en pocos días, dejando un gigantesco 'solar' sobre el que se levantará el estadio 'modelado por el cierzo' diseñado por el equipo de César Azcárate (Idom).
Esta icónica tribuna -la que da a Eduardo Ibarra- seguirá los pasos del Gol Sur, el Gol Norte y la Tribuna Este, que han ido desapareciendo con el paso de las semanas. Tan rápido se está trabajando que, según adelantó la alcaldesa, Natalia Chueca, a Aragón TV con motivo de la inauguración del estadio modular, las obras avanzan con dos semanas de antelación sobre los plazos previstos, por lo que pronto tendría que empezarse a ver la nueva estructura del renovado Gol Sur.
