Zaragoza
Publicada
Actualizada

“Son piezas delicadas, pero no es coherente que se esgriman según qué argumentos”. Es la contundente valoración de los técnicos que asesoran al Gobierno de Aragón en el traslado de las pinturas murales del Monasterio de Sijena que continúan expuestas en el MNAC, después de las tres sentencias judiciales que ordenan su retorno a sus legítimos propietarios.

Así lo ha transmitido Natalia Martínez de Pisón, asesora externa al Gobierno de Aragón y experta en el traslado de este tipo de pinturas, que no tiene dudas de que el retorno a Sijena es “perfectamente posible”. Para ello, no duda de que “lógicamente” tiene que haber “pasos previos” e “inspecciones” para que no sufran ningún daño, más cuando se han encontrado un “cierto bloqueo” de información que sólo ha alargado el camino por recorrer.

El cronograma del Gobierno de Aragón muestra que es posible abordar su retorno en siete meses, tal y como le han expuesto al juez al solicitar el retorno de las pinturas. Este plan conlleva varias fases, desde la documentación previa y ensayos de procedimiento, hasta la ejecución de los proyectos de desmontaje, embalaje y traslado.

Son un total de 43 fragmentos, que el MNAC está exhibiendo en sus salas 16 y 17. Todas ellas fueron arrancadas del Monasterio de Sijena, las primeras en un incendio y posterior saqueo en el verano de 1936, y las segundas en los años 60.

Natalia Martínez de Pisón E. E.

Es precisamente ese incendio lo que basa los argumentos de la Generalitat, que alude a su estado de fragilidad para alargar el máximo tiempo posible su devolución a Sijena. “Hay que diferenciar entre los daños estéticos y un cambio de color de lo que es vincularlo directamente con una fragilidad. No está relacionado”, incide Martínez de Pisón.

Pese a llegar al MNAC en dos épocas diferentes, ambos conjuntos siguieron la misma metodología de arranque y transposición para adherirlas a dos capas de tela de algodón con caseinato cálcico. Después, se unieron con tornillos a la estructura de madera, lo que facilita todo el proceso. “Normalmente, para hacer menos traumática la operación, se aprovechan todas las fisuras que hay en el edificio y que marca la arquitectura, para llevar el arranque a zonas menos lesivas”, explica esta experta en restauraciones.

Todo este proceso no es desconocido para los historiadores y profesionales del sector, sobre todo para aplicar diferentes intervenciones, si bien cada proceso tiene sus propias particularidades y vicisitudes. “Cada obra tiene una identidad exclusiva, pero hay muchísimos antecedentes y en algunas coincide el tipo de pintura, de soporte o de traslado. Hay muchas experiencias que al final acaban cubriendo todos los requisitos de este traslado”, remarca.

Pero, en cualquier caso, el Monasterio de Sijena está preparado para acoger las pinturas. “Han hecho muchísimos esfuerzos para tener unas condiciones óptimas de humedad y temperatura. Son problemas que tienen el 100% de los edificios históricos. Los muros están perfectamente secos”, resalta Martínez de Pisón.

Debate en las Cortes

Paralelamente, el Pleno de las Cortes buscará este mismo miércoles emitir una voz unánime de la sociedad aragonesa a favor del retorno de las pinturas murales. La Cámara aragonesa votará una serie de propuestas que reclaman el cumplimiento de las tres sentencias y la devolución de las obras de arte de la Comunidad.

En total, se votarán siete propuestas, todas ellas coincidentes en el fondo, pero con matices. Por ejemplo, Vox exige la intervención de la Guardia Civil y la Policía Nacional si fuera necesario, y CHA propone evitar el desarrollo de un parque eólico en las inmediaciones del Monasterio de Sijena.