Alicante

Después de una larga mirada al pasado, Hannibal Laguna mira al futuro. Esta semana despide El secreto del glamour en el palacio de la Diputación de Alicante, la exposición en la que recorre sus 35 años de carrera. Y así celebra el éxito de la marca que creó cuando la tendencia era "el minimalismo absoluto" y él apostaba por las siluetas más femeninas frente a la moda de "la masculinización de la mujer".

La despedida de esta muestra está siendo por todo lo alto. Una jornada dedicada a la moda reunió a especialistas como Rafael Muñoz, Pepa Bueno, Clara Courel y Luis Sala Miguel con la comisaria Cristina Martínez y el propio creador para hablar del sector. "Lo que queríamos era traer a Alicante un pedacito de esa manera de vivir la moda que tenemos los propios creadores", cuenta.

Este es el punto y aparte de un proceso que le ha permitido mostrar ante unos seis mil espectadores los trajes sobre los que ha construido su prestigio como estandarte de la elegancia en la moda española. "Ha sido un día fantástico porque de alguna manera ese sueño culmina con un diálogo muy cercano con personas que aman la moda", valora.

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El éxito de la exposición, una de las más vistas en el palacio provincial, refleja para Laguna la forma con la que se entienden en la actualidad el sector. "La moda hoy en día es una forma de expresión individual con un alcance comunicativo brutal", reflexiona.

Y ahí vuelve la vista atrás una vez más: "La moda no es lo que era en el siglo pasado, que de alguna manera formaba parte de esa dictadura estética creada a veces por diseñadores incluso a veces por grandes almacenes, que nos decían que había que vestir de amarillo, de rojo o de los colores del parchís y si no lo hacías resulta que no formabas parte del mundo de la moda".

"Hoy en día no es así", subraya. "Hoy en día, la moda es la individualidad: que tu personalidad salga la luz, que tu personalidad prevalezca entre la sociedad y que te puedas comunicar a través de ella. Yo creo que esto es evidentemente una evolución natural asociada por las nuevas generaciones, pero que nos ha invadido al resto de la sociedad", razona.

Ese cambio que aprecia en la España de 2023 frente a la de los 80 se lo aplica a sí mismo. "El gran avance es vivir el momento que te toca, adaptarte a él", afirma. Una lección que le llegó "hace muchísimos años" en forma de consejo de la boca del propio Paco Rabanne: "No envejezcas nunca con tus clientas".

La admiración por "la visión del creador tan moderna y visionaria" que tenía el diseñador vasco recientemente fallecido ha querido seguirla en sus más de tres décadas. "No solamente nuestra estética, nuestras colecciones, en nuestra forma de comunicar", apunta. Así ha querido "seguir innovando sin perder las pautas estéticas que marcaron en su momento nuestros comienzos".

¿Y qué es lo que le diferenció desde el principio? "Nosotros hemos defendido, desde que empezamos, el glamur como sinónimo estético de nuestra marca", responde. Y así mezclaron "el romanticismo, la sensualidad y la sofisticación como señas de identidad".

Contra el minimalismo

Tres décadas atrás no era el estilo que imperaba. "Nosotros nacimos en un momento en donde el minimalismo era total y además existía una masculinización de la mujer importante porque ellas accedían al mercado laboral", recuerda. Una idea que considera se trasladaba a que, "para llamar la atención necesitaban vestirse o simular un poco la estética masculina. Eso era una realidad".

El estilo de Hannibal Laguna no tenía nada que ver. "Nosotros entrábamos al mercado con colecciones totalmente femeninas: cinturas marcadas, hombros al aire, estructuras totalmente inspiradas en el Hollywood de los años 30 y 40 donde el glamur era el máximo exponente". Por eso reitera que "fue muy difícil avanzar en una época en donde el minimalismo era absoluto y en donde nosotros aparte, trabajábamos mucho el ornamento, el bordado… Todo este tipo de detalles que hacen que un vestido sea más trabajado, más especial".

Con la vista puesta en las tendencias actuales y esa evolución que mencionaba, "al final el tiempo, quieras que no, nos ha dado un poco la razón y hemos conseguido que la mujer no tenga que pagar ningún precio para ser femenina, para ser sensual, para ser romántica, para ser sofisticada". "Porque en su propia identidad, en su propio cuerpo ya de nacimiento nace con una anatomía totalmente diferente a la del hombre. No tiene por qué mitigar sus curvas para parecer inteligente o para ser capaz. Esto era una idea absurda", concluye.