"De Sabors tiene la suerte de poder utilizar la casa de mis padres en el casco antiguo de Altea", cuenta Vicent Pascual. Desde el norte de la provincia de Alicante este pastelero consigue el mejor helado de España, como así reconoce el concurso internacional que ha organizado Benidorm.
Vicent Pascual está al frente de este local familiar en el que atiende a muchos de los turistas que quieren descubrir las razones por las que Altea es uno de los pueblos más bonitos de España, un particular reconocimiento que suele distinguir a esta localidad en la Marina Baja.
Situado en la calle Sant Miquel, el pastelero se siente orgulloso de poder atender a los turistas y vecinos desde "un lugar idílico" en el que abrió "este laboratorio para poder jugar el 11 del 11 del 2011".
"Todo lo que vendemos es producción propia", destaca. Y eso incluye tanto la bollería como la heladería. En estos apuesta por "una evolución constante" para adaptarse al mercado. Y lo prueba la variedad de formatos en que trabajan: de las clásicas tarrinas a los que sirven con cobertura crujiente o en moldes de cono.
Una de las formas más curiosas de presentarlo es con el MacGlacé, una combinación de helado con la galleta macarrón, otro de los dulces que preparan en su obrador. Se trata, como asegura, "de divertirse y sacar productos para sorprender".
Al éxito del concurso en Benidorm llega a partir de una devoción que empezó de pequeño en la familia, cuando preparaba con su abuela las monas y los pasteles de Navidad. Luego pasó a prepararse en el Gremio de Pasteleros de Valencia, donde conoció a la que sería su mujer.
Juntos se fueron a Bélgica y luego a París para aprender las técnicas de la repostería francesa "y luego traerlo a nuestra zona". En La Marina Alta tienen una buena acogida por ello, ya que es un destino habitual del turista de esos países, además de los residentes extranjeros provenientes de los mismos.
"La pastelería es un lenguaje internacional y a todo el mundo le gusta", valora, "aunque Francia es la que marca la comba". Y de toda esa experiencia reivindica "que si no haces un producto tradicional, es imposible que hagas innovación, es la base que te permite evolucionar".
La participación en la cuarta edición del concurso internacional que ha organizado Benidorm para elegir el mejor helado del mundo ha sido especial para este negocio. Normalmente quien se presenta es su ahijado, Toni Romà, pero este año ha sido él quien ha dado la cara "por el equipo que le da las vuelta y piensa en combinaciones y cómo ajustarlo".
¿Y con qué sabor ha ganado? Las bases del concurso plantean primero una criba en la que los participantes trabajan con mango o chocolate. En su caso llegó a la final donde tenía que montar una combinación libre de gianduja y avellana. Ahí le valoraron el mango, una de sus especialidades: "Vendemos más mango que chocolate, es increíble".
Lograr un reconocimiento así lo afronta con humildad, destacando esa labor de equipo, y poniendo el foco en que "apostamos por un producto real que hacemos en casa y tenemos la suerte de que la gente profesional lo valora".