Alicante

Elegir la mejor mona de Pascua de Alicante es todo un reto que antes se resolvía con facilidad con el concurso del Gremio de Panadería y Pastelería de la Comarca de L'Alacantí. Sin edición este año, la que sigue coronada es la que hacen en la Panadería Bardisa Pérez. Y así lo prueban las colas que se acumula la entrada de su local estos días.

Acercarse a un horno tradicional en Semana Santa es una forma de disfrutar de los olores de los dulces. Manuel Bardisa se detiene unos momentos entre todo el lío que debe atender con su familia preparando las masas, merengues y horneados necesarios para satisfacer la demanda.

Y si ya hay gente esperando para poder comprar en su local en la rotonda del Hospital General, las colas aumentan el Sábado Santo, puntualiza. La tradición marca que es el Domingo de Pascua y el Lunes de Pascua cuando se come este bollo, así que se aprovecha para encargarlo o recogerlo. En su caso estará abierto viernes y sábado hasta las 14 horas para volver a levantar la persiana el mismo lunes para quienes apuren hasta el último momento.  

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El empujón que da el ser ganador del concurso de monas tradicionales se sigue notando este año. Este Jueves Santo calcula que cuenta con un millar de estos dulces, un número que se mantendrá hasta el Lunes de Pascua para después bajar a un ritmo más suave y seguir ofreciéndolas hasta la Santa Faz, el jueves 11 de abril. Con eso cierra la temporada tradicional que ha abierto este lunes para que los niños puedan comerla en las escuelas. 

Rosa Pérez, con las monas de cuatro huevos y las de dos, este Jueves Santo.

"Cada vez que gano se me queda gente", agradece en referencia también a ediciones anteriores. "Hay gente que cambia, pero hay otra que se acuerda de que se la come y está buena y siguen volviendo para ser un cliente fijo de las fiestas", valora.

El gancho para atraerlos "es una receta que llevamos montones de años, puesto que somos ya casi cuatro generaciones". Esa experiencia de décadas es la que destaca porque "al final simplemente es eso, trabajar como se trabajaba prácticamente antiguamente, pero a la modernidad".

Rosa Pérez, su madre que está también atareada en el horno moviendo y seleccionando las mejores monas, se acerca para subrayar la importancia de ese saber hacer. Y es que, como señala, frente al consumo en supermercados y grandes superficies, en el horno tradicional aún se mantiene esa receta y esas presentaciones.

Manuel Bardisa con las monas tradicionales que prepara en su panadería, este Jueves Santo. M.H.

Así, aún se sorprende porque unas jóvenes al acercarse al mostrador preguntaban por las monas con dos huevos, las pensadas para las parejas, o las de cuatro, para las familias. Y eso, recalca, ya no se ve si no es en las panaderías. Y cuando se dice huevo, puntualizan, es el duro "de toda la vida, el que luego te pegan en la frente".

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