La Navidad se acerca a toda velocidad y, con ella, el mejor momento del año para adentrarse en el interior de la provincia de Alicante y descubrir esos destinos que, en cuanto llega diciembre, huelen a tradición, a fiesta y, sobre todo, a dulce.
Entre ellos destaca Jijona, el lugar donde, según muchos, "comienza verdaderamente la Navidad". No es casualidad: se trata de la cuna del turrón, uno de los rincones más golosos del mundo y un imprescindible cuando llegan estas fechas.
El pasado fin de semana la localidad celebró su ya emblemática Feria de Navidad de Jijona, una cita que ha cumplido 16 ediciones convirtiéndose en un imán para decenas de miles de visitantes.
Aunque el evento acaba de echar el cierre, Jijona sigue siendo un destino perfecto para estas semanas: el ambiente navideño continúa en sus calles y, además, cuenta con lugares únicos como el Museo del Turrón, así como numerosos obradores y establecimientos dedicados a este producto que forma parte de su identidad.
Como resume Turismo de la Comunitat Valenciana, "descubrir Jijona es viajar con los cinco sentidos", un destino donde historia y gastronomía se entrelazan en cada paseo.
La Navidad empieza en Jijona
La Feria de Navidad nació hace 16 años con un objetivo claro: reforzar la imagen de Jijona como ciudad del turrón y ofrecer un gran escaparate de productos locales.
Hoy es ya una cita imprescindible del calendario festivo en la provincia. Sus calles se llenan de expositores que muestran desde los turrones más tradicionales hasta las propuestas más innovadoras de fabricantes locales, además de otros sectores clave como el helado artesanal.
Según la organización, la feria se ha consolidado como el verdadero pistoletazo de salida de las fiestas, y no es raro escuchar entre los vecinos que "la Navidad comienza en Jijona".
Quienes no hayan podido acudir este año aún están a tiempo de saborear la esencia del municipio: cada rincón sigue oliendo a almendra tostada, miel y tradición.
Tierra de historia, sabor y patrimonio
Turismo de la Comunitat Valenciana lo describe como "un precioso rincón donde podrás disfrutar tanto de su historia como de su gastronomía", y basta un breve paseo por sus calles para confirmar esa sensación.
El visitante descubre un legado que salta a la vista en monumentos como el Castillo de Jijona o Torre Grossa, de origen almohade y enclavado en lo alto del cerro, o en templos como la Iglesia Arciprestal de Nuestra Señora de la Asunción, con su característico campanario coronado por tejas verdes y blancas.
No falta tampoco la leyenda: la Iglesia de Santa María se atribuye nada menos que al propio Jaume I, cuya figura aparece representada en el relieve del tímpano.
Y, para los más curiosos, el horno del Raval, de origen morisco y aún en funcionamiento, permite descubrir una de las joyas de la arquitectura popular valenciana, y probar algunas de las mejores pastas jijonencas.
El Museo del Turrón
Aunque la feria haya terminado, Jijona mantiene todo el año uno de sus grandes atractivos: el Museo del Turrón, perteneciente al grupo Confectionary Holding (El Lobo, 1880, Doña Jimena e Imperial Toledana).
La institución está dedicada a preservar el patrimonio tecnológico y cultural vinculado a la elaboración de turrones y mazapanes, una actividad que ha marcado la economía local desde hace siglos.
La visita, -con pases mañana y tarde, y entradas desde 3 euros-, recorre la historia del producto, las técnicas tradicionales y la evolución industrial. El recorrido culmina en la fábrica, donde se observa el proceso real de producción. Una experiencia especialmente apetecible en estas fechas.
Naturaleza para el viaje
Más allá del dulce, Jijona ofrece un entorno natural perfecto para quienes quieren combinar tradición y senderismo.
La subida al Migjorn, de dificultad alta, recompensa con vistas espectaculares tras casi 800 metros de desnivel.
Otra alternativa es la ruta del Cabeçó d’Or, que conecta Jijona con Relleu y Busot y permite descubrir joyas geológicas e históricas como las Cuevas de Canelobre.
