Mari Carmen, vecina de Catral y víctima de violencia de género, vive estos días con el alma en vilo. A pesar de haber logrado un respiro judicial que aplaza su desahucio hasta el próximo 3 de noviembre, su principal preocupación sigue siendo la misma: encontrar una vivienda donde refugiarse junto a su madre, de 93 años, y su hijo mayor de edad.
La familia ha recibido este jueves la notificación del juzgado que pospone el lanzamiento, previsto inicialmente para el 23 de octubre, apenas unas horas antes de que se ejecutara.
Pero, aunque el aplazamiento les da algo de tiempo, Mari Carmen aseguraba esta mañana a la cadena autonómica À Punt, que no puede relajarse: "Esto ha supuesto un respiro, sí, porque mi madre estaba angustiada y yo no podía más", cuenta con voz entrecortada.
"Puedo pagar "
Mari Carmen lleva semanas buscando un nuevo hogar, sin éxito. Su caso no encaja en la imagen habitual de los desahucios por impago: tiene ahorros,y según afirma, capacidad económica suficiente para responder a las mensualidades.
"Un año puedo pagar de un golpe de alquiler. Un año y después meses", aseguraba con firmeza. Sin embargo, las puertas de las inmobiliarias y de los propietarios parecen cerrarse una tras otra.
"La respuesta es negativa, pero yo tengo dinero para pagar un año. A lo mejor tienen miedo de que no pague, pero sí que puedo hacerlo", lamentaba.
Según contaba este jueves Mari Carmen en À Punt, ha visitado varias agencias en Catral y municipios cercanos, pero ninguna ha aceptado alquilarle un piso, incluso ofreciendo el pago por adelantado.
El miedo de los propietarios
Desde el Ayuntamiento de Catral confirman la versión de Mari Carmen. Maite Alonso, responsable del área de Acción Social, asegura que la vecina "dispone de solvencia económica suficiente" y que "no se trata de un caso de impago".
Alonso hace un llamamiento público a los propietarios de viviendas en la comarca: "No tengan miedo. Mari Carmen puede pagar y necesita urgentemente un techo".
Mari Carmen hablando para À Punt
Los servicios sociales del municipio han intensificado las gestiones en los últimos días, buscando alternativas en localidades cercanas como Dolores, San Isidro o San Fulgencio, ante la escasez de viviendas disponibles en Catral.
Una madre de 93 años
La angustia se agrava por la presencia de su madre, de 93 años, que vive con un miedo constante a quedarse sin hogar. "Mi madre tiene miedo, quiere estar tranquila y no come. Todo el día llorando y con miedo de encontrarse en la calle", relata Mari Carmen.
La mujer asegura que intenta mantener la calma por su familia, aunque reconoce que la situación la desborda. Mientras continúa la búsqueda de vivienda, también busca empleo: "Me gustaría trabajar de limpiadora, me vale cualquier cosa".
Un caso con años de historia
El conflicto judicial que ha llevado a este punto se remonta a 2016. Según explica la afectada, su anterior pareja, -propietario o responsable de la hipoteca-, dejó de pagar las cuotas del préstamo, lo que derivó en la pérdida del inmueble.
Los actuales propietarios adquirieron la vivienda hace varios años, y el proceso ha ido avanzando hasta el actual orden de desahucio.
Llamamiento urgente
El Ayuntamiento ha solicitado una prórroga judicial para ganar tiempo y evitar que la familia quede en la calle mientras se encuentra una alternativa habitacional.
Los técnicos municipales continuarán trabajando durante los próximos días, pero el margen es estrecho.
Por eso, tanto los responsables municipales como los medios locales han hecho un llamamiento urgente a los propietarios de viviendas en Catral y municipios cercanos: si alguien dispone de una casa en alquiler, Mari Carmen está dispuesta a asumir el pago por adelantado y demostrar su compromiso.
