El Salario Mínimo Interprofesional (SMI) en España para 2025 se sitúa en 1.184 euros brutos al mes en 14 pagas, lo que equivale a 16.576 euros brutos al año. Aunque ha subido en los últimos años, el incremento no compensa la inflación ni el precio de la vivienda.
Una situación que empuja a cada vez más jóvenes a hacer las maletas en busca de mejores oportunidades laborales en el extranjero.
Desde EL ESPAÑOL de Alicante hemos hablado con Thaïs Di Angelo Stevens, una joven de 28 años de Villajoyosa, que en solo diez meses en Australia ha conseguido ahorrar más que en años de trabajo en España. Su historia refleja el dilema de una generación que quiere prosperar, aunque eso signifique empezar de cero al otro lado del mundo.
Su experiencia en Austria y Australia
Thaïs vivió casi toda su vida en Villajoyosa, pero en los últimos años ha convertido los viajes en su modo de vida. Primero fue Austria, donde trabajó dos temporadas en una estación de esquí. Allí, como encargada del guardarropa de material deportivo, cobraba entre 2.000 y 2.200 euros al mes por unas 38 horas semanales más horas extra, con alojamiento incluido y 150 € más para restaurantes.
"En una temporada de cuatro meses yo he podido ahorrar perfectamente unos 10.000 euros", explica. Un cálculo que la convenció de que fuera de España había otra manera de progresar.
Tras un problema personal, decidió dar un salto mayor y cruzar el mundo. "Australia siempre había estado como en mi cabeza", cuenta. "Dije: 'me apetece irme a la otra punta del mundo a desconectar y a estar conmigo misma'. Y básicamente por eso estoy aquí".
Un "choque" de realidad
Thaïs aterrizó en Australia con una visa 'Work and Holiday', 1.500 euros en el bolsillo y sin más plan que buscarse la vida. La adaptación no fue fácil. "Estuve la primera semana a puntísimo de cogerme un vuelo de vuelta para España, lo pasé muy mal", reconoce.
Pagaba 400 dólares semanales por una habitación y su primer empleo en un restaurante italiano terminó de forma abrupta.
Pero la suerte cambió pronto. Consiguió un trabajo como camarera en una de las mejores compañías de restauración de Sídney y, en apenas un mes, fue ascendida a supervisora.
Con 38 horas semanales, su sueldo rondaba entre 1.100 y 1.200 dólares australianos a la semana, unos 650 euros. "Al cuarto mes de estar ahí ya me pude comprar mi coche de segunda mano y tenía todavía ahorros de unos 5.000 dólares", relata.
Su trabajo en zonas remotas
El gobierno australiano exige 88 días de trabajo en áreas remotas para renovar el visado. Thaïs viajó hasta Gladstone, un pequeño pueblo, donde trabajó de camarera junto a un amigo, Pablo García-Machín, que se ha convertido en familia. Allí, con alojamiento incluido, ganaban unos 1.100 dólares por 35 horas semanales.
La combinación de buenos sueldos y gastos reducidos hizo posible lo impensable en España. En diez meses, Thaïs ha ahorrado 20.000 dólares australianos, además de comprarse un coche y planear un viaje de meses por Indonesia, Filipinas y España. "Vamos, que en España no tendría eso ni por casualidad".
Thaïs y su compañero Pablo, otro español en Australia.
Empleos no cualificados
Thaïs es consciente de que sus empleos son básicos dentro del mercado laboral. "Nosotros trabajamos en trabajos no cualificados que obviamente te pagan poco comparado con otras profesiones. Pero, para nosotros, como españoles, está muy bien".
En Australia, incluso los trabajos más duros pueden convertirse en un trampolín económico. "Hay gente que trabaja limpiando en las minas y ganan 5.000 dólares en dos semanas de trabajo intensivo", explica.
Sin embargo, la joven explica que los precios de la vivienda en Australia también son altos. "A muchos les sale más rentable irse de vacaciones a Bali una semana que alquilarse un apartamento para la semana que va a estar ahí".
Un futuro abierto
Tras completar los 88 días de trabajo obligatorio en una zona remota, Thaïs se tomará unas largas vacaciones por Indonesia, Filipinas y España. En diciembre tiene previsto su regreso a Sídney, donde la espera su antiguo trabajo, pues la empresa donde fue supervisora la quiere de vuelta.
Sobre la mesa está la posibilidad de quedarse un tercer año a través de un sponsor o patrocinio laboral, que es un visado de larga duración que le ofrecería la empresa. Sin embargo, Thaïs es escéptica, ya que renovar para un tercer año podría exigirle pasar otros seis meses en una zona remota, algo que considera "demasiado".
Su objetivo principal sigue siendo el de ahorrar. Si la opción del sponsor no sale adelante en condiciones que le gusten, tiene claro que no volverá a España por ahora. En su lugar, valora otras opciones, como Noruega o Alemania.
Aunque adora su país, es contundente sobre sus motivaciones: "España me parece precioso, lo adoro, pero para asentarme de forma definitiva, no para hacer dinero".
Su experiencia en el extranjero, a pesar de las dificultades, le ha permitido un gran crecimiento personal y una independencia económica impensable hace unos años. "Creces mucho personalmente", concluye.
