Alicante
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El Museo del Calzado de Elda se consolida como uno de los espacios más singulares de la provincia.

En sus 2.000 metros cuadrados, los visitantes pueden recorrer siglos de historia y descubrir piezas únicas que reflejan la evolución de un sector que ha marcado la identidad del municipio.

Desde la redacción de EL ESPAÑOL de Alicante, nos hemos ido hasta Elda para ver uno de los museos más impresionantes de la provincia y conversar con su directora, Andrea Paños, que nos ha guiado por un recorrido lleno de historia, curiosidades y tradición.

Un museo referente

El Museo del Calzado José María Amat Amer abrió sus puertas el 4 de febrero de 1999 y este año celebra su 26 aniversario.

El espacio es fruto de la colaboración de la industria zapatera y de la generosidad de los vecinos de Elda, que donaron piezas y maquinaria para preservar un legado único.

"Casi todo está hecho por donaciones y aportaciones de industrias que iban cerrando o de empresarios que decidieron adquirir piezas históricas", explica Andrea Paños. Actualmente, el Ayuntamiento de Elda y la Diputación de Alicante son sus principales apoyos económicos.

Recreación del despacho real de una de las fábricas de calzado de Elda A.R.

En los últimos meses, el museo ha renovado su hall, ampliado la tienda, mejorado la museografía y creado nuevas salas para proyecciones y exposiciones temporales, siempre vinculadas al calzado o a asociaciones culturales de la ciudad.

Su colección de maquinaria

Uno de los grandes atractivos del museo es su colección de maquinaria, considerada única en el mundo. "Lo que no tienen otros museos es la cantidad de maquinaria que tenemos aquí, que representa a toda la industria", destaca Paños.

El recorrido incluye máquinas Singer y de coser que datan desde 1850 hasta 1940, auténticas joyas de la ingeniería. También se muestran herramientas curiosas como una máquina adaptada con una rueda de bicicleta para agilizar procesos en los talleres.

Colección de máquinas de coser. A.R.

Piezas sorprendentes

Entre los tesoros más llamativos destacan los zapatos del Papa Juan XXIII, el que fue el zapato más grande del mundo, -fabricado por Jesús Cánovas-, y el l zapato más pequeño del mundo.

La colección también recoge calzado histórico de diversas culturas, desde sandalias japonesas de 1926 hasta zapatos de la tribu masái o modelos de Mauritania. El visitante descubre así cómo la geografía y el terreno condicionaron la evolución del zapato.

La historia del zapato

El recorrido del museo permite entender cómo el calzado fue símbolo de estatus a lo largo de los siglos. En el Antiguo Egipto o en Roma, cuanto más elaborado era el zapato, mayor era la posición social de quien lo calzaba.

Calzado eldense A.R.

La Edad Media trajo la moda de las puntas largas, hasta el extremo de que hubo zapatos que debían atarse para poder caminar. Y no fue hasta el siglo XVII cuando comenzó a distinguirse entre pie izquierdo y derecho.

En épocas posteriores llegaron piezas tan emblemáticas como los chapines venecianos, símbolo de estatus y protección frente al agua, o los zapatos ornamentados con hilos de oro. A partir del siglo XIX, el calzado también se convirtió en objeto de fetichismo y tendencia.

Artesanía y tradición en Elda

Además de exhibir piezas únicas, el museo muestra cómo se fabrica un zapato, un proceso que sigue siendo "supermanual" y en el que participan cerca de un centenar de personas.

Uno de los cuadros que representa cómo eran los tallericos en Elda A.R.

La directora recuerda los "tallericos" familiares en los que todos participaban. El abuelo como maestro zapatero, el padre cortador, la madre aparando y los hijos pegando. Una tradición artesanal que consolidó a Elda como epicentro de la industria del calzado en España.

El espacio también cuenta con iniciativas inclusivas, como una mesa interactiva donde se pueden tocar pieles y hormas, pensada para visitas de colectivos como la ONCE.

La huella de Elda

La ciudad alicantina no solo conserva este legado en su museo. Fue la primera en organizar la Feria Internacional del Calzado de España (FICIA) y es sede de INESCOP, el centro de innovación y tecnología del calzado.

Calzado masculino que se exportaba a Estados Unidos

Hitos que refuerzan su papel como referente nacional e internacional.

Salas para perderse

El Museo del Calzado está organizado en diferentes espacios temáticos. En la Sala 1, los visitantes recorren la historia de la maquinaria del sector; en la Sala 2, viajan a través del tiempo con piezas históricas y zapatos de personajes célebres.

En la Sala 3, descubren colecciones premiadas y miniaturas que homenajean el arte zapatero; y en la Sala 4, una biblioteca especializada ofrece publicaciones únicas sobre moda, diseño y producción.

Uno de los zapatos de Sara Baras

Una colección de estrellas

Además de piezas históricas, el museo guarda huellas de grandes deportistas como Rafa Nadal, Carolina Marín, Andrés Iniesta o Fernando Alonso, junto a zapatos de artistas como Lola Flores o David Bisbal. Incluso conserva las hormas originales de la Reina Isabel II de Inglaterra.

El museo también es punto de inspiración para diseñadores y artistas. Entre sus vitrinas se pueden encontrar obras de Paco Rabanne, Manolo Blahnik, Prada, Gucci, Ferragamo o Magrit, que conviven con los prototipos de espectáculos creados para 'Drag Queens' en los años 80.

Información práctica

El Museo del Calzado de Elda abre de lunes a sábado de 10:00 a 14:00 y de 17:00 a 20:00, y los domingos de 10:00 a 14:00. Se encuentra en la avenida de Chapí, 32, en pleno centro de la ciudad.

Visitarlo es una experiencia que combina historia, arte e innovación, donde cada zapato tiene una historia que contar. Un espacio único en Europa que, como resume Andrea Paños, "ha dejado la huella de Elda en el mundo".