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Sabolé no es un venezolano más, sino que es un restaurante alicantino que sirve comida venezolana. William y Alejandra abrieron su primer local con la idea de que fuera una pequeña cafetería en el centro de Alicante, pero cuatro años después abren su segundo restaurante próximo a la playa de San Juan.

La situación era complicada cuando iniciaron su aventura gastronómica. "Abrimos en plena pandemia, con restricciones de horario y aforo", recuerda William. Sin embargo, la acogida por parte del público fue inesperadamente rápida.

"Pensamos que todo iría muy lento, pero la aceptación del alicantino superó nuestras expectativas". Tanto fue así que, en solo cuatro años, el local del centro se quedó pequeño, lo que los llevó a apostar por una nueva ubicación.

La evolución de Sabolé

El concepto de Sabolé evoluciona con esta segunda apertura. Si bien el restaurante del centro mantiene su formato de cafetería con horario ininterrumpido de 9 de la mañana a 11 de la noche, el nuevo local está enfocado exclusivamente en comidas y cenas.

"En el centro puedes ir a las 17:30 o 18 horas y encontrar gente comiendo, porque la zona lo permite. Pero en San Juan Playa, la actividad baja a la hora de la siesta, así que tuvimos que adaptar el modelo de negocio", explica la pareja.

Desde un inicio, la pareja estudió el entorno antes de decidir la estrategia de este nuevo local. "No podemos replicar exactamente el mismo modelo, tenemos que adaptarnos al público de la zona. Pero sabemos que nos espera un verano espectacular", comenta Alejandra, ilusionada con la nueva etapa.

El interior de Sabolé en la playa de San Juan. L.V.

Sabolé Playa se suma a una oferta gastronómica diversa en la zona, donde ya conviven restaurantes de cocina japonesa, libanesa e internacional. "Un restaurante debe suplir una necesidad en la zona, y nosotros vimos que hacía falta nuestra propuesta", afirma William.

La gestión de ambos locales es un desafío para la pareja, que ahora divide su tiempo entre los dos espacios. "Es como cuando tienes un segundo hijo, tienes que estar presente para ambos", dice Alejandra.

"No puedes descuidarlos, ambos necesitan atención". Para lograrlo, han implementado un sistema de trabajo que les permite supervisar sin estar constantemente en el restaurante. "Si quieres crecer, debes crear procesos y sistemas para que todo funcione incluso cuando no estás", añade William.

El interior del local está decorado con elementos inspirados en la terreta. L.V.

El crecimiento de Sabolé también se refleja en su equipo. "Empezamos los dos solos, con la ayuda del hijo de William en jornadas cortas. Luego fuimos ampliando poco a poco", recuerda Alejandra. Hoy en día, el local del centro cuenta con siete empleados y el de San Juan Playa con cinco.

Oferta gastronómica

En cuanto a la oferta gastronómica, el nuevo restaurante mantiene el menú del primero, aunque con algunas diferencias en los horarios. "El centro sigue ofreciendo desayunos a diario, mientras que en San Juan solo los servimos los fines de semana", explica Alejandra.

Además, han incorporado nuevas opciones, como la arepa alicantina, una creación propia con ingredientes típicos de la zona: "Lleva pernil de cerdo desmechado, crema de turrón de Jijona y tomate de Muchamiel".

También han mantenido éxitos como la cachapa la Sabolera, un plato exclusivo de Sabolé adaptado al gusto local. Para compartir, las patatas Saboleras son la mejor opción. Y en cuanto a las bebidas, la favorita es el papelón con limón.

La reina, la cachapa. L.V.

Planes de expansión

A largo plazo, la pareja tiene planes de expansión. "Desde el inicio, queríamos llevar Sabolé a Elche o San Juan Playa. Ahora que ya estamos aquí, nos planteamos Benidorm como el siguiente destino", señala William. Después, contemplan la posibilidad de abrir en otras ciudades cercanas como Murcia o Albacete.

La historia de William y Alejandra en Alicante comenzó casi por casualidad. "Nuestro plan original era irnos a Madrid o Barcelona, pero una amiga nos ofreció su casa en Alicante y nos enamoramos de la ciudad", cuenta la pareja.

"El clima, el carácter de la gente... todo nos hizo quedarnos aquí". La pandemia los llevó a reinventarse y apostar por su propio negocio, algo que el público alicantino ha respaldado desde el primer día.

"El 80% de nuestros clientes son españoles. Queremos llevar la gastronomía venezolana al público alicantino, y eso nos motiva a seguir creciendo", concluyen. "Nuestro objetivo era conquistar el paladar alicantino, pero creo que ya lo hemos conseguido", añade William.

A la izquierda, las patatas saboleras; y a la derecha, la arepa alicantina. L.V.

El mejor venezolano

Sabolé se ha convertido en un referente gastronómico en Alicante, con más de 4.000 reseñas y una puntuación de 4,8 en Google. Varias personas lo califican como "el mejor restaurante venezolano" de la ciudad, con comida 100% artesanal.

"Esto es algo que no se puede comprar con publicidad, es el reflejo de la aceptación real del cliente", afirma William. Con este nuevo local, la pareja reafirma su compromiso con la ciudad que los acogió y con el sueño de seguir expandiendo su propuesta más allá de Alicante.