Alicante

Cae la noche en Alicante y el Castillo de Santa Bárbara despide a los últimos visitantes del día. En la oscuridad es el momento para que los más atrevidos se adentren en la nueva propuesta que han lanzado para esta primavera con fantasmas, historias reales y fantasías para descubrir los misterios del monumento más visitado de la Comunitat Valenciana.

Los viernes a las 20:30 los amantes de las emociones fuertes tienen una cita en este recorrido, apto para niños a partir de ocho años, como puntualizan los organizadores. Durante una hora esta visita teatralizada ofrece una perspectiva diferente de la fortaleza al usar las historias reales como base para contar las de fantasmas.

El punto de entrada es el acceso desde el Postiguet, donde el inquietante túnel solo estará iluminado por un candil. El grupo cruzará en la oscuridad para llegar con el ascensor a la planta en la que el guía espera al fondo, una oscura silueta recortada al final del largo pasillo.

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El salón Felipe II, habitualmente iluminado y donde se celebran grandes eventos, se queda a oscuras para recordar que en muchas ocasiones su espacio ha sido una cárcel. Y así lo resaltan, subrayando el dolor y miedo de los prisioneros de épocas pasadas que grabaron sus nombres en las piedras de suelos y paredes.

Del patio de armas al acceso principal se da pie a recordar que décadas antes de que Ciudad de la Luz atrajera grandes rodajes, como el próximo de Amenábar que también pasará por él, el cine español apostó por el terror. Y Jesús Franco se trajo a Christopher Lee para El conde Drácula en 1969. Eso les da pie para contar dónde rodaron y qué pasó durante el rodaje que se decidió ocultar porque eso "fue cosa de vampiros".

El juego con los curiosos visitantes es otra de las claves sobre las que se sustenta el animado recorrido que incluye la sala del aljibe, el patio de armas o el baluarte de Santa Ana, entre muchos otros

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Las anécdotas con que se estrena esta propuesta vienen cargadas de la sangre que salpican la historia de Alicante y de la fortaleza. De cómo funcionaban los asedios en época medieval y el lograr que sus habitantes pasaran hambre se pasa a señalar los mausoleos rescatados del cementerio de San Blas que están repartidos por el extenso terreno.

"Este recorrido no es de terror, es de misterio", recalcan durante el mismo antes de dar paso a leyendas o explicar herramientas de tortura de épocas pasadas y no tanto como el garrote vil.

Las visitas que organiza Esatur se mantendrán solo los viernes para no competir con los programas que ya mantienen para los sábados y domingos, indican desde la gestora del espacio. La entrada cuesta para adultos 12 euros, 8 en el caso de niños y hay un paquete familiar. La despedida, como no podía ser de otra manera, es con una degustación de vino tinto como la sangre.