Alicante

Si una persona se sentara en un banco enfrente de una carretera de Alicante, tendría que esperar 200 coches de media para ver pasar uno eléctrico. Los vehículos alimentados por electricidad solo representan el 0,5 % de la fauna total que habita en las calles y autovías de la provincia. Una de las principales causas de su baja penetración son los mitos con los que cargan, entre los que destacan el alto precio que supone su compra y su carga, la poca fiabilidad, la reparación de la batería, los pocos puntos de carga disponibles o los tiempos de espera.

Iberdrola se ha propuesto terminar con las leyendas urbanas sobre estas máquinas con una 'ruta eléctrica' para mostrar a EL ESPAÑOL de Alicante los puntos positivos de los coches que conquistarán las carreteras en los próximos años.

Juan Carlos Brotons, gerente comercial de Iberdrola en Alicante, es el encargado de la excursión. El viaje comienza desde los cargadores instalados en el McDonald's de la salida entre Alicante y San Juan en dirección a Santa Faz.

La ruta eléctrica parte desde el McDonal's entre Alicante y San Juan.

Como no podía ser de otra manera, el vehículo en el que se recorrerán las principales infraestructuras de Alicante y Elche es un coche eléctrico, concretamente, el Citroën ë-C4. Este modelo, como explica, se sitúa en "una gama media-baja que ronda los 35.000 euros sin contar la ayuda de 7.000 euros que dan si entregas tu antiguo coche de combustión".

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Los cargadores colocados en el restaurante de comida rápida son dos de los más de 730 puntos de carga públicos que alimentan a los coches, camiones y motos de nueva generación. La alimentación puede ser de diferentes tipos. Cuanta más potencia, mayor es el precio de la energía. La forma más lenta y barata de cargarlos es en un enchufe instalado en casa, lo que podría suponer de entre 0,50 a 2 euros llenarlo de potencia suficiente para recorrer 100 kilómetros, cuando en una gasolinera se gastaría 12 euros por la misma capacidad.

Cargadores Iberdrola en el punto de inicio de la ruta.

En puntos públicos hay cuatro niveles: de hasta 22kW (tiempo de carga 19 a 3 horas), 22kW a 50kW (de 3 horas a 1 y 20 horas), de 150 a 250kW (27 a 15 minutos) y de al menos 250kW (15 o 10 minutos), según la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac).

La primera parada de la ruta es la Estación de Autobuses de Elche. Durante el trayecto, Brotons cuenta que, "aunque el precio es mayor que los de gasolina en las gamas bajas y medias, en las altas se equiparan". El responsable de la compañía señala que mucha gente toma la decisión de comprarse un coche por el 10 % del uso que hará, en vez de pensar en el otro 90 % que irá por la ciudad.

A finales del 2023 el parque automovilístico de la provincia de Alicante contabilizó 1.069.713 turismos, el 4,2 % del total nacional, un coche por cada dos habitantes. La mayoría de los vehículos utilizan combustibles fósiles, el 52,21 % funcionan con gasolina, seguidos del diésel con 46,85 %. El coche eléctrico con 5.986 unidades tan solo representa el 0,56 % del total provincial y el 3,6 % del nacional.

Juan Carlos Brotons en un punto de carga de Elche.

Tras una conducción silenciosa, automática y sin vibraciones, se llega al primer punto en Elche. Esta estación cuenta con carga ultrarrápida, la más potente, "para gente que tiene prisa", algo que también eleva el precio a 7,5 euros cada 100 kilómetros, aún lejos de las cifras de los combustibles fósiles.

Brotons lleva con su coche (no el utilizado para la ruta, que ha sido estacionado en varios puntos como demostración) cinco años y debido a su trabajo ya ha realizado 160.000 kilómetros sin que haya ningún problema con la batería, desmintiendo así la falsa creencia de que el ahorro en gasolina se pagará posteriormente en cambios de batería.

"Los eléctricos tienen un 80 % menos de piezas que los convencionales, no tienen ni aceite, caja de cambios, filtros... tan solo hay que revisar los frenos", indica mientras conduce hasta la siguiente parada. 

Estaciones de carga en la avenida de Alicante de Elche.

Tan solo se percibe el sonido del rozamiento por la carretera antes de aparcar en la avenida de Alicante de Elche, al lado del McDonald's, donde hay estaciones de carga rápida y semirrápida junto a un espacio 24 horas donde comprar bebida y comida durante la espera. 

Para el comercial, la clave está en "cambiar la mentalidad y dejar de pensar en cuánto tiempo voy a esperar, sino en cuánta autonomía necesito. Yo lo cargo siempre en casa, y si algún día hay que recargar en una estación no lo hago al máximo, lo lleno lo que necesito".

El coche eléctrico utilizado supera los 300 kilómetros de autonomía, capacidad difícil de consumir para un usuario medio que va a trabajar, por lo que podría estar varios días sin cargarlo. Y, en el caso de que hiciera un viaje, puede alimentarlo en los cargadores ultrarrápidos situados estratégicamente en las autovías mientras se toma un café en 20 minutos.

Estaciones de Iberdrola en el área de servicio entre Elche y Alicante.

La siguiente estación visitada es un ejemplo de estas últimas infraestructuras. Colocada en el área de servicio entre Elche y Alicante, fue en su momento la electrolinera más potente del sur de Europa contando los cargadores de ambos lados de la A-70. Además, cuenta con sitio para que los camiones que hacen largas distancias los llenen de energía en pocos minutos.

El camino sigue hacia Alicante. El mito de que son aburridos a la hora de conducir también queda atrás cuando se pone el modo sport y se pisa el acelerador. Al ir toda la potencia a las ruedas y no perderse en los mecanismos de un coche de gasolina, da una fuerza equivalente a un modelo de mucho mayor precio.

En el puerto de Alicante es el único punto donde la mayoría de las estaciones estaban ocupadas. "Somos la única empresa que ha puesto la infraestructura antes de la necesidad", resalta Brotons en relación con los equipamientos de primer nivel que hay en la provincia a pesar de los bajos números de conductores que han dado el paso. De hecho, para 2025 Iberdrola instalará 5.000 nuevos puntos y 15.000 para 2030 en el territorio nacional. Uno de ellos se situará en la calle de enfrente de la infraestructura de la última imagen, al lado de la zona Volvo.

Un coche recargando en la zona del puerto de Alicante.

España está muy por detrás de países del norte de Europa, pero también de naciones similares como Portugal, que tiene un 10 % de eléctricos frente al 5 % del conjunto español.

Una vez de vuelta al punto de partida, Brotons cree que lo que falta para que arranque del todo esta tecnología es que bajen el precio de los vehículos para romper la barrera económica a corto plazo y no tener que esperar al gran ahorro posterior que llega al dejar de lado la gasolina.

Así, opina que las ayudas directas por parte de las administraciones son necesarias para fomentar modelos de movilidad sostenibles y respetuosas con el medioambiente en una provincia, comunidad y país que tiene "todo listo" para que el futuro de la conducción eche a rodar.