Alicante/Alacant, Alicante

Todas las personas en algún momento de su vida se han encontrado con algún problema o situación que no saben muy bien cómo resolver. Cada uno hace lo que puede. Hay gente a la que le basta con leerse un libro, contárselo a algún amigo o simplemente poner en marcha las herramientas que ya conoce.

Pedir ayuda no es fácil, y admitir que uno no puede solo con algo también lleva su tiempo. Pero cuando se produce ese momento es importante dirigirse a la persona correcta que nos pueda ayudar, y para eso hay que tener en cuanta diversos factores como el precio de las consultas, la formación y experiencia del profesional, las técnicas con las que trabaja o sencillamente si conectamos o no con él.

La directora del Centro de Aplicaciones Psicológicas de Valencia, la psicóloga clínica Consuelo Martínez Valero, explica que para pedir ayuda no hace falta sentirse deprimido, sino sencillamente querer mejorar un aspecto de su vida. "La búsqueda de ayuda profesional se produce cuando la persona tiene un malestar emocional que le está provocando problemas en un área o varias de su vida".

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En la Comunidad Valenciana los precios de una consulta rondan entre los 50 y los 70 euros, mientras que las sesiones varían en función de las necesidades de cada persona y su capacidad, herramientas y la red de apoyo con la que cuenta. Sin embargo, aunque el precio es uno de los principales hándicap para pedir ayuda a un profesional, también lo es el escepticismo y los mitos que todavía rodean a la psicología. "Todavía hay muchos tabúes acerca de ir a terapia porque cuesta aceptar que otra persona me tenga que ayudar", explica Martínez.

A tener en cuenta

Esta profesional, también experta en psicología forense, recuerda la importancia de acercarse al profesional con la formación, especialización y experiencia adecuadas, ya que "hay gente que se definen cómo psicólogos, pero en realidad no lo son". Entonces, ¿qué hay que tener en cuenta a la hora de elegir un buen profesional?

En primer lugar, que los profesionales estén colegiados porque eso te garantiza que "está cumpliendo con los requisitos mínimos para poder ejercer". En segundo lugar, debe tener la formación adecuada y reconocida para el problema que presentas. Consuelo Martínez pone el ejemplo de la terapia de pareja, o los problemas sexuales. Subraya que la formación esté acreditada porque "no todos los cursos tienen el respaldo adecuado".

Por último, la experiencia del psicólogo o psicóloga también va a influir en el proceso. "Un psicólogo trabaja con el comportamiento humano e intenta ayudar con el cambio de conductas adaptativas", define. Advierte del peligro de acercarse a gente que dice ser psicólogo cuando no lo es. "Las personas cuando están sufriendo se agarran a lo que haga falta porque lo que necesitan es dejar desesperadamente de sentirse como se sienten".

Terapia cognitiva conductual

En España, la terapia más extendida es la cognitivo-conductual, que entiende que los problemas son aprendidos. Analiza qué es lo que causó el problema, pero también las razones que lo mantienen para después ofrecer una solución. Uno de los mitos más extendidos acerca de este tipo de terapias es pensar que los psicólogos dedican sesiones infinitas al pasado y a encontrar el origen del problema. Consuelo Martínez explica que la historia biográfica es importante, pero que el "pasado no va a resolver el problema". Por lo que no dedica más sesiones de las necesarias a este apartado.

Según describe, la mayoría de terapias tienen algo que ver con la cognitiva-conductual, ya que en "psicología hay pocas novedades". Dice que existen otras técnicas, conocidas como de tercera generación, que están validadas científicamente, pero que tienen mucho que ver con la original. Son por ejemplo la psicoterapia analítica funcional o la de aceptación y compromiso. "Hacer lo mismo pero enfocado de otra manera, hay pacientes a los que les puede funcionar". 

Sobre la hipnoterapia

En cuanto a técnicas algo más peculiares o no tan extendidas como la hipnoterapia, la psicóloga explica que nada tiene que ver con las películas. Y por supuesto, habla de hipnoterapia (científica), que suele utilizarse en algunos tratamientos contra el tabaquismo, el dolor crónico o las fobias. "La hipnosis no vale para todo el mundo, hay gente que es más susceptible que otra". Pone el ejemplo de una película con la que el espectador se emociona, pero en el fondo sabe que no es real. tú no pierdes la voluntad ni haces cosas que no harías en la vida real. "No pierdes la voluntad ni haces cosas que no harías en la realidad".

La directora del Centro de Aplicaciones Psicológicas de Valencia no practica la hipnosis, pero destaca como referente en el campo al director de la Clínica de Psicología de la Universitat de València, el psicólogo Antonio Capafons.