Alicante

"Es algo inusual que no haya enjambres de medusas en las costas valencianas, como acostumbran estas épocas del año". Así cuenta el jefe de investigación del Área marina del Instituto de Ecología Litoral (IEL) de Alicante a Óscar Bartual de Efe la llamativa ausencia del animal que menos se desea ver en las playas.

Los investigadores del IEL estudian este fenómeno porque parece ir contracorriente ya que es una época en la que aumentan las poblaciones de medusas. En un informe, de hecho, alertan de que son cada vez más comunes los brotes que pueden ir de unas decenas a cientos de ellas por metro cúbico.

El aumento de la temperatura del agua es uno de los factores que propicia su multiplicación. Y con registros de 28 grados como los medidos esta semana que sitúan el Mediterráneo en niveles tropicales no es precisamente este el factor que ha fallado.

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"Lo habitual es que desde las dos grandes zonas de producción de plancton, como son el mar de Alborán en el sur del Mediterráneo, y el Golfo de León, al norte de las Islas Baleares, los vientos y corrientes hubieran desplazado alguna masa de agua que acercase enjambres de medusas", explica Juan Guillén del IEL.

Lo que las favorece

Estos ciclos marítimos acercan a estos animales a las costas y hacen que se queden atrapados, aunque también depende de la dinámica poblacional y estacional de cada especie de medusas.

La disminución de los aportes fluviales a las zonas del litoral hace que haya una diferencia de salinidades entre el agua de la costa y el mar abierto, y que cuando los vientos cambian las medusas se acercan a la costa por haber una menor densidad del agua, que afectaría negativamente a su flotabilidad.

Ya ocurrió en abril de este año, cuando miles de medusas velero llegaron a las orillas de la playa de Dénia. Y algo parecido sucedió el mismo mes en 2021, cuando las medusas conocidas como lágrimas del mar quedaron varadas en la cala Cantalar, en Alicante, un suceso que es muy común en verano pero que todavía no ha ocurrido en estos meses.

"Estas corrientes que no están llegando a las costas valencianas sí lo están haciendo en otras zonas del Mediterráneo como Málaga, Almería, Ceuta y el norte de la costa africana", ha asegurado el biólogo. Este ha apuntado que aunque se han avistado en la costa central valenciana algunos grupos, "ha sido a una escala muy baja".

El investigador ha afirmado también que esto no ha sucedido con la especie Pelagia Noctiluca, comúnmente conocida como clavel del mar, que es una de las que más picaduras producen.

Guillén indica que "en la zona norte de Alicante se han avistado medusas claveles del mar", mientras que en Santa Pola ha habido algunas avispas marinas, pero siempre lejos de los bancos de medusas que acostumbraban a verse en los anteriores veranos.

No obstante, se espera que en agosto lleguen algunos enjambres de medusas a las costas valencianas. "En cuanto se produzca algún movimiento de importancia en anticiclones, las corrientes sufrirán oscilaciones y desde las zonas de producción planctónica se desplazarán masas de agua con grupos de medusas", ha augurado el investigador marino.

El tiempo que las medusas pasen en las costas valencianas y en sus playas y calas dependerá en gran medida de los vientos locales y de la orografía. Porque otro factor que favorece su desarrollo es la disminución por la sobrepesca de algunos peces que compiten con las medusas por el plancton.