Alicante

Mujeres reclusas, algunas de ellas incluso madres, del centro penitenciario de Fontcalent (Alicante) han querido contar sus historias al 'Programa de Reinserción de Mujeres', para participar en 'Hilando Sueños', una exposición que a través de imágenes y testimonios trata de visibilizar la realidad de este colectivo con gran vulnerabilidad a la discriminación social. 

La presidenta y fundadora de 'A Puntadas Programa Reinserción Mujeres (PRM)', Rosa Escandell, explica cuál es la situación de las protagonistas de la muestra. "Es gente con carreras o que ha tenido un empleo anterior pero que, con un problema de enfermedad mental, ha acabado en prisión".

Esta asociación trabaja con mujeres que están en riesgo de exclusión e 'Hilando Sueños' es uno de sus proyectos. La iniciativa se pone en marcha en plena pandemia para ayudar a mujeres privadas de su libertad en cárceles. En concreto, la exposición cuenta las historias de personas que se encuentran en el psiquiátrico penitenciario de Fontcalent y en la Unidad de Madres de la misma, "un módulo pionero donde están con niños de hasta 3 años", explica Escandell. 

Objetivo: reinserción laboral

En 2019, España tenía 50.129 internos recluidos en los Centros Penitenciarios dependientes de la Administración General del Estado. De todos ellos, 3.811 eran mujeres, según datos de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias. Uno de los principales problemas que se encuentran estas mujeres cuando salen a la calle es la vuelta al mercado laboral. "La búsqueda de empleo es complicada, pero mucho más cuando sales de prisión", aclara la fundadora de A Puntadas. 

La reinserción laboral es uno de los principales objetivos del PRM a través de la formación y orientación de las reclusas como por ejemplo, con talleres de confección textil. Pero el trabajo de la asociación no acaba cuando empieza su libertad, sino que están con ellas durante todo el proceso de búsqueda de empleo. Hasta cuentan con su propia agencia de colocación. "Muchas veces lo que ocurre es que han perdido los hábitos laborales y de comunicación". 

Algunas mujeres tienen formación o cuentan con experiencia laboral. "La enfermedad mental no entiende de cultura ni estudios", concluye Escandell. 

Muestra de la exposición HIlando Sueños.

Ellas hablan

Mujer, de 46 años

"Tengo miedo de salir de aquí y no saber llevar el día a día. Cada vez veo más cerca mi libertad y eso me hace feliz. En P.R.M. he descubierto un potencial en mí que no sabía que existía", cuenta.

Mujer, de 51 años

"Antes de conocer el programa me sentía insegura. No conocía a nadie aquí ya que acababa de llegar al centro psiquiátrico penitenciario. Pero, a través del curso de costura empecé a socializar y a tener un primer contacto con las telas. Hoy en día tengo mis amigas y me siento muy segura", explica.

Exposición 'Hilando Sueños'. Andrea Reinosa

Mujer, de 39 años

"Soy una persona normal, que caí presa por brote psicótico por tóxicos en el Hospital Psiquiátrico Penitenciar. Quiero ser una persona sin consumir tóxicos, para poder seguir como hasta ahora. Lo consigo teniendo la mente ocupada y sobre todo con la ayuda de mi familia y profesionales...".

Mujer, de 51 años

"Antes de estar en el centro psiquiátrico penitenciario era muy feliz. Pero todo cambió y ahora soy una mujer triste. Quiero poder recuperar pronto mi libertad y regresar a mi vida anterior con mi familia". 

Esta es la voz de algunas de las mujeres que se han atrevido a contar su historia a la 'Asociación Programa de Reinserción de Mujeres' para formar parte de la exposición 'Hilando Sueños', pero hay muchas más imágenes y testimonios que se pueden ver en el Instituto Juan Gil-Albert hasta el 18 de marzo. 

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