Alicante

La Guardia Civil ha impedido en Alicante la venta fraudulenta por internet de cuatro patas de elefante que dos hombres habían transformado en banquetas que vendían por 600 euros. Al tratarse de una especie protegida su tenencia y comercialización requiere de la documentación que acredite su legalidad. 

Las investigaciones se iniciaron en noviembre de 2021 cuando se comprobó que se estaba intentando comercializar las partes de este animal. Con ellas se estaba presuntamente violando la legislación internacional al respecto, un objetivo sobre el que están pendientes dentro del Plan de Prevención y actuación contra el comercio ilegal de especies protegidas del Ministerio de Transición Ecológica.

Los dos hombres de nacionalidad española, de 39 y 67 años, están bajo la investigación por un delito contra la flora y la fauna. Eso significa que ser considerados culpables se enfrentarían a un delito tipificado en el Código Penal que está castigado con penas de prisión de seis meses a dos años o multa de ocho a veinticuatro meses. Y como recuerda el instituto armado, dicha pena podría ser impuesta en su mitad superior si se trata de especies o subespecies catalogadas en peligro de extinción.

En este caso, el elefante africano es una especie altamente protegida que se encuentra incluida en el Apéndice I de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre (CITES) y en el Anexo A del Reglamento (ce) número 338/1997. Las cuatro patas que han decomisado se encuentran actualmente depositadas de manera cautelar en dependencias oficiales de la Guardia Civil a disposición de la autoridad judicial competente.

Asegurar la supervivencia

La Guardia Civil destaca en su comunicado la importancia de la protección que otorga la Convención CITES. Es en ella donde se incluye al elefante africano como una especie que cuenta con el más alto grado de protección. El objetivo es que de esta forma se ayude a mejorar su conservación y asegurar la supervivencia a largo plazo tanto de estos animales como el de otras especies consideradas amenazadas.

El marfil, principalmente, es una de las razones del interés de las partes de este mamífero. Eso provoca un grave impacto sobre su población dado el alto rendimiento que se quiere sacar de su cuerpo, como se ha visto en este caso con sus patas. Lamentablemente, los efectivos del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil comprueban que este es un comercio que se encuentra al alza.

Pese a las limitaciones que impone el acuerdo internacional CITES a estas prácticas, en las que sí se llega a autorizar el comercio únicamente en circunstancias excepcionales para así favorecer su conservación, la venta de animales en peligro de extinción es ilegal. Por eso el Seprona concluye con una llamada a evitar que el comercio internacional de especímenes constituya una amenaza.

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