Alicante

Helados con fruta y verdura, de pescado, de carne... Estos son los postres que acompañan el menú estos días en Mundomar, el parque de animales exóticos de Benidorm. Pero estos refrescantes alimentos no son para los visitantes que se acercan hasta él para celebrar su 25 aniversario, sino que son para sus residentes más preciados, los animales.

El verano ha llegado y con él, la subida de temperaturas. Sobre todo, estos días en los que algunas zonas de España se encuentran en alerta naranja. Los seres humanos no son los únicos que necesitan tomar medidas extra para proteger su salud, sino que los animales también corren el riesgo de padecer un golpe de calor.

Para evitarlo, la organización del parque ha puesto en marcha el protocolo veraniego, y así garantizar el bienestar de sus especies. Dicho protocolo, diseñado por los cuidadores y responsables de los animales en Mundomar, incluye el suministro de "suculentos" y "refrescantes" helados entre las distintas especies de animales del complejo. No son los helados típicos y apetecibles de los humanos, sino que cada uno está adaptado a las necesidades nutricionales de cada especie con el objetivo de alimentarlos además de refrescarlos. 

Ricos y saludables

Estos jugosos bocados se realizan con un alto porcentaje de agua (hielo) junto al alimento propio de los distintos tipos de animales, como puede ser la fruta y las verduras en el caso de los lémures, el pescado para las nutrias o la carne para las suricatas. De este modo, se consigue que éstos ingieran su alimento con un aporte extra de hidratación para plantar cara al calor de un modo saludable. 

Cada helado lleva ingredientes específicos compatibles con la dieta de cada especie.

Estos helados tan especiales se ofrecen de una manera muy divertida, casi como un juego para los propios animales que conforman la gran familia de Mundomar. Dicha actividad forma parte del plan de Enriquecimiento Ambiental de Mundomar, cuyo objetivo es fomentar los comportamientos naturales propios de cada especie y conseguir su máximo bienestar.

Para los animales, estos polos no son solo un alimento fresquito, sino que también forman parte del juego y representan una novedad en su dieta cotidiana. De esta forma, se cambia el modo de presentar el alimento a los animales y la forma de obtener la recompensa.

Cada especie utilizará una estrategia diferente para lograr comérselo como abrirlo a mordiscos, derretirlo en el agua o romperlo en fragmentos más pequeños, son solo algunos de los ejemplos. Este tipo de acciones tienen además un componente sensorial, ya que el contacto con la superficie fría del hielo es una sensación diferente para ellos y les ayuda con la estimulación de sus sentidos. 

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