Alicante

La Conselleria de Política Territorial, Obras Públicas y Movilidad licitará de aquí a 2024 los últimos tres tramos de desdoblamiento de la carretera CV-865, que conecta las localidades alicantinas de Elche y Santa Pola, y cuyo proyecto cuenta con una inversión total de unos 17 millones de euros.

Así lo ha anunciado este martes la consellera del área, Rebeca Torró, junto con el alcalde de Elche, Carlos González y la alcaldesa de Santa Pola, Loreto Serrano, con motivo de la visita a la tercera fase de estas obras.

La intervención, según ha explicado Torró, se centra en un tramo de 1,6 kilómetros, donde la red viaria se desdoblará para crear dos carriles por sentido, un carril bici al margen izquierdo en sentido Santa Pola y dos rotondas en las que la velocidad se reducirá de 70 a 40 kilómetros por hora. Además, se instalarán luminarias led.

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La tercera fase de las obras de desdoblamiento tienen un plazo de ejecución de 14 meses. De forma paralela a estos trabajos se llevará a cabo la adjudicación de la cuarta fase, con una inversión de 4,4 millones de euros. A ella le seguirá la licitación de los otros dos tramos, los más cercanos a Elche, antes de 2024.

Torró ha destacado la importancia de esta actuación, que ha logrado reducir los accidentes en una vía por la que circulan más de 5.000 coches diarios en temporada baja.

Por su parte, el alcalde de Elche ha afirmado que esta es una conexión “fundamental” entre dos municipios con una relación “directa”.

Reconversión en vía parque

Así, los trabajos de desdoblamiento de la carretera CV-865 Elx-Santa Pola van dirigidos a la transformación de esta vía desde la tipología de una carretera convencional, con un carril por sentido y un espacio para carril bici sin segregación respecto de la calzada, a su reconversión en vía parque, con una sección que pasa a tener dos carriles por sentido, con un separador central, y ubicación de andén ciclopeatonal en ambos márgenes separados por un seto del espacio para vehículos, lo que garantiza la mayor seguridad para estos tráficos no motorizados.

Adicionalmente, se ha dispuesto en toda la longitud de la carretera un bordillo central, de forma que los giros a izquierdas están ya prohibidos en toda la vía, lo que ha resuelto sustancialmente el problema de seguridad vial. Asimismo, la reducción del ancho de los carriles de circulación permite ampliar el espacio ciclopeatonal, e induce una reducción de la velocidad.