Alicante

Benjdorm, 2022. La recuperación turística está "a un paso" de los niveles de 2019, un año récord para el turismo español. La inflación y el incremento del coste de los suministro lanzan una sombra amenazante sobre el sector a partir de otoño, pero se espera un mes de agosto "al 90 %" en la capital turística de la Costa Blanca, con lleno los fines de semana. Esta vuelta a la relativa normalidad cuenta, sin embargo, con sus sombras: profesionales que denuncian que sus condiciones laborales no han cambiado desde la pandemia.  

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Es el caso de las 'kellys' (diminutivo de "las que limpian"), el colectivo de las camareras de piso que se ha hecho fuerte en los principales destinos turísticos españoles para reivindicar sus derechos laborales, normalmente al margen de los sindicatos. Y en Benidorm aseguran que la recuperación turística no ha desterrado las jornadas maratonianas con sobrecarga de trabajo.  

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"23/25 habitaciones al día es explotación", explican en su cuenta de Twitter. "[Estar] Externalizada es Explotación. Estamos explotadas y nos sentimos vulnerables. Exigimos respuestas de manera inmediata", y cita al Ayuntamiento de Benidorm, a Turisme Comunitat Valencinaa (el departamento que coordina las acciones de promoción de la Generalitat) y a la Conselleria de Sanidad.

También han detectado problemas con la forma de contrataciónb. El pasado mes de marzo, cuando las restricciones por la pandemia empezaron a caer de forma definitiva, la portavoz de las 'kellys' de Benidorm, Yolanda García, ya denunció que las empresas estaban haciendo cogiendo a las trabajadoras como "fijas discontinuas", con "el truco de que haces media jornada, con 20 horas semanales, y el contrato incluye un número fijo de habitaciones que tienes que hacer cada día". 

En ese momento aseguraron que se estaban pidiendo "unas 14 o 15, lo que equivale a 16 minutos cada una". Y que aparte se permitía hacer estancias adicionales por dos euros cada una. "Al final estás contratada por media jornada, cotizas una miseria por esas 20 horas, y tienes que matarte a hacer habitaciones extra para completar tu sueldo", aseguró.

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La sobrecarga de trabajo no es la única batalla pendiente de las 'kellys'. Ya se mostraron "decepcionadas" con la reforma laboral porque el documento no prohibía la externalización de contratos, uno de los principales problemas que se encuentran a la hora de reivindicar sus derechos. 

Otra de las batallas pasa por el reconocimiento de las enfermedades profesionales. A pesar de que en agosto de 2018 la Mesa de Calidad en el Empleo acordó la modificación del Real Decreto 1299/2006 para instar a las mutuas a reconocer la epicondilitis, la bursitis y el túnel carpiano como enfermedades profesionales de las camareras de piso, en la práctica las trabajadoras tiene que batallar en los tribunales para reclamar sus derechos. 

En muchos casos, los plazos para poder hacer la reclamación y -sobre todo- los costes de la representación jurídica, hacen que las 'kellys' acaben por tirar la toalla.