Alicante

El avance de la vacunación, el declive de la sexta ola y, sobre todo, el predominio de la variante ómicron en la pandemia, más contagiosa pero menos letal, han empezado a cimentar un proceso de "gripalización" de la Covid-19 que sectores como el turismo llevaban un tiempo reclamando.

En esta coyuntura la incidencia de coronavirus (los casos por cada 100.000 habitantes) ha dejado de ser importante, como demuestra el hecho de que prácticamente ningún municipio turístico de la Costa Blanca haya bajado del "riesgo extremo (fijado en 250 puntos)" y, sin embargo, se espere una progresiva recuperación tanto de la ocupación como de las plazas ofertadas. 

En este sentido, puntos como Benidorm, principal ciudad turística de la Comunidad Valenciana, prevé llegar a Semana Santa con un 75% de los establecimientos abiertos, y que en junio toda la planta esté operativa. ¿Es viable? Pues depende de la posibilidad de un repunte de contagios, aunque parece evidente que las propias administraciones han decidido empezar a tratar la enfermedad de manera distinta, algo que se nota también en los canales de comunicación con la población. 

La Conselleria de Sanidad, por ejemplo, ha dejado de dar datos de contagios y fallecidos por Covid a diario para hacerlo cada dos semanas, a pesar de que -de nuevo- la incidencia de la autonomía no ha bajado del riesgo extremo. La mayor parte de las restricciones también han decaído y se espera que la mascarilla en interiores lo haga en breve.  

La crisis golpea al sector

El sector turístico ha sido uno de los más afectados por la pandemia. Las restricciones de movilidad dejaron a cero el negocio durante meses, y la patronal cerró los establecimientos antes incluso que el Gobierno les obligase a hacerlo por decreto. En verano de 2021 hubo un tímido intento de recuperación, pero el cierre de Reino Unido en medio de la temporada frustró el intento de recuperar la normalidad. 

¿Será finalmente 2022 el año en el que se alcanzarán los registros prepandemia? Existen varias dificultades añadidas para que se dé este escenario, según las fuentes empresariales consultadas. No solo por lo impredecible de la pandemia ("es imposible hacer planes de aquí a tres meses"), sino por la inflación que está castigando especialmente al sector hotelero en áreas clave como la alimentación o la energía. 

En este sentido, y tal como publicó EL ESPAÑOL, la prioridad de patronales como Hosbec es tratar de impulsar el autoconsumo en sus establecimientos, reclamando un marco regulador más favorable que el actual y "siendo conscientes de que es imposible ser autosuficientes con energías renovables como la solar".

Esta coyuntura se ha visto agravada por la guerra, lo que a su vez supone un factor a favor ya en contra del turismo alicantino. Por un lado, los hoteles consideran que España se podrá ver beneficiada este verano de su lejanía del conflicto (y con la ventaja de dar el marco de seguridad dela UE), pero la escalada del coste por pernoctación que ha acentuado la situación podría repercutir directamente en los precios y, por lo tanto, en la competitividad. 

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