Alicante

El impuesto al número de pernoctaciones que los partidos del Botánico (PSOE, Compromís y Unidas Podemos) tienen previsto presentar durante el mes de marzo no discrimina el origen de los turistas. Eso quiere decir que el mercado nacional más importante para la autonomía, el valenciano, tendrá que pagar por cada estancia que haga en un alojamiento privado, aunque sea dentro de su propia región o incluso provincia. 

¿De cuánto dinero esta os hablando? Tomando como referencia 2019, el último año prepandemia, los valencianos hicieron un total de 6.540.437 pernoctaciones en establecimientos afectados por la propuesta de la tasa, según los estudios de Turisme Comunitat Valenciana. La mayor parte en establecimientos hoteleros (3.548.778), pero también hay una cuota importante en campings (1.715.648) y apartamentos (966.715). 

El borrador que maneja el Botánico prevé un impuesto que va desde los 0,5 a los 2 euros, en función de la categoría del establecimiento. Pero lo cierto es que las previsiones para las cuotas más bajas contempla alojamientos en hoteles de una, dos y tres estrellas, de los que ya casi no quedan en la región. La media a pagar de la tasa, según las fuentes consultadas, sería de euro y medio. 

Esto coloca la recaudación en casi diez millones de euros, teniendo en cuenta las cifras del último año turístico en el que se viajó con normalidad. En 2019 los valencianos supusieron el 51% de los viajes de turistas nacionales dentro de la propia región, seguidos muy de lejos por los madrileños (18,4%) y castellano-manchegos (7,3%). 

A pesar de que el grueso de las pernoctaciones se hicieron en segundas residencias o casas de familiares o amigos (25 millones de un total de 31,5), el número de valencianos que optaron por hoteles, apartamentos, campings o casas rurales sigue siendo siendo muy elevado. Pasa algo similar con Madrid: a pesar de que se hicieron menos viajes, el ratio de pernoctaciones es altísimo (23,7 millones) precisamente porque muchos disponen de segundas residencias o familiares o amigos. Ninguna de esas personas pagaría la tasa turística. 

Sujeto y exenciones

Según la propuesta de PSOE, Compromís y Unidas Podemos, el nuevo tributo a las estancias tendrá que ser abonado por  "toda persona física que realice una estancia en cualquiera de los establecimientos de alojamiento turístico mencionados en el artículo 3.1 de la presente ley", y que incluye hoteles, apartamentos, campings, casas rurales e incluso cruceros.

Las únicas exenciones previstas son los de menores de 16 años; las estancias subvencionadas por programas sociales de las administraciones públicas, tanto nacionales (Imserso) como europeas; las estancias por motivo de salud de cualquier persona y de su acompañante, siempre que se justifique la necesidad de recepción de prestaciones sanitarias incluidas en la cartera de servicios del sistema sanitario público de la Comunidad Valenciana; o las estancias que se realicen por causas de fuerza mayor.

A pesar de que en un primer momento se planteó que el impuesto fuese de ámbito autonómico, la idea es que finalmente se implante a nivel municipal, con cada ayuntamiento eligiendo si quiere ponerlo en marcha o no.

El dilema del alojamiento sin reglar

La tramitación de la tasa ha levantado en armas a los empresarios valencianos, quienes se han manifestado de manera unánime en contra de aumentar la presión fiscal en un momento especialmente delicado para la recuperación del sector. Las patronales han lanzado una iniciativa (www.noalatasaturistica.com) que ya cuenta con más de 2.400 adhesiones de patronales autonómicas, nacionales y de otras regiones, como por ejemplo Cataluña (donde ya existe una tasa). 

Una de los motivos que los empresarios argumentan para oponerse a la tasa es precisamente que, aseguran, supondrá aumentar el alojamiento turístico sin reglar, ya que el operar al margen del tributo les permitirá ofrecer mejores precios. También critican que, pese a esto, no se ofrezcan soluciones como el aumento en el número de inspectores, ya muy precario. 

En cuanto a la implantación, rechazan también que pueda a ser a nivel municipal porque, aseguran, la Comunidad no cuenta con activos tan importantes como las ciudades con las que el Botánico se quiere comparar para defender la tasa turística. "No tenemos ni un París, ni un Roma ni tampoco somos Barcelona", apuntan estas fuentes. "Existen alternativas a prácticamente todos nuestros destinos, por lo que los segmentos de población más sensibles al precio no tienen por qué viajar a la Comunidad Valenciana. Pueden hacerlo a cualquier otro sitio".

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