Alicante
Publicada

El acceso a la vivienda se consolida como uno de los principales problemas de los españoles. La escalada de precios, tanto en compra como en alquiler, tensiona cada vez más a las familias y golpea con especial dureza a quienes se encuentran en situación de vulnerabilidad.

En ciudades como Alicante, el mercado inmobiliario vive un momento especialmente complejo. Comprar una vivienda resulta hoy mucho más caro que hace solo unos años, mientras que alquilar se ha convertido en una misión casi imposible para muchos bolsillos.

La combinación de falta de oferta, aumento de la demanda y el trasvase de viviendas al alquiler turístico ha encarecido el mercado y ha generado un escenario de incertidumbre, en el que el miedo a la 'inquiokupación' también juega un papel clave.

Según datos del portal inmobiliario Idealista, el precio medio de la vivienda en la ciudad de Alicante se sitúa actualmente en 2.509 euros por metro cuadrado. Se trata de una cifra que supone un incremento anual del 13,4 % respecto a noviembre de 2024.

Para entender la magnitud de esta subida hay que retroceder hasta noviembre de 2021, cuando el precio del metro cuadrado en la capital alicantina era de 1.463 euros. En apenas tres años, el coste de comprar una vivienda se ha disparado más de un 70 %.

El alquiler tampoco se queda atrás. En los últimos cinco años, los precios se han encarecido de forma notable, en gran parte por la escasez de viviendas disponibles y por la decisión de muchos propietarios de retirar sus pisos del mercado tradicional para destinarlos a fórmulas más rentables, como el alquiler turístico.

A este contexto se suma el temor de algunos dueños a alquilar su vivienda y enfrentarse a un posible impago, con procesos de desahucio que pueden alargarse durante más de dos años.

Viviendas ocupadas a la venta

En este escenario, la presencia de viviendas ocupadas ilegalmente se ha convertido en otro elemento más del debate inmobiliario. Según muestra el buscador de Idealista, actualmente hay un total de 67 viviendas ocupadas ilegalmente a la venta en la ciudad de Alicante.

Aunque la percepción social suele señalar a pequeños propietarios, la realidad es que la mayoría de estas viviendas no pertenecen a particulares, sino a entidades bancarias. El propio portal inmobiliario permite filtrar este tipo de inmuebles por barrios.

La zona que concentra un mayor número de viviendas ocupadas es Virgen del Remedio-Juan XXIII, en la Zona Norte de Alicante. En total, 33 de las 67 viviendas se encuentran en esta área, y 26 de ellas están ubicadas concretamente en el barrio de Juan XXIII.

Los precios en esta zona oscilan entre los 19.000 euros de la vivienda más económica y los 53.000 euros de la más cara.

El piso más barato

El anuncio más barato corresponde a un piso ubicado en el barrio de Juan XXIII, en la zona de Virgen del Remedio. Según detalla Idealista, se trata de una vivienda de 75 metros cuadrados, según datos de Catastro, situada en una segunda planta interior de un edificio de cuatro alturas sin ascensor.

El inmueble cuenta con tres habitaciones y un baño, aunque el propio portal advierte de que "la distribución de la vivienda es orientativa y no ha podido ser comprobada".

El anuncio también señala que "este inmueble, debido a su estado ocupacional, no admite visitas" y lo define como "ideal para inversores".

Idealista indica además que "la localización del inmueble es aproximada" y destaca que el barrio es una zona consolidada, con servicios y buenas comunicaciones con el centro de la ciudad. La vivienda se encuentra próxima al colegio CEIP Benacantil.

Riesgos y costes de comprar

La compra de una vivienda ocupada conlleva importantes riesgos económicos y legales. Al precio del inmueble hay que sumar los costes del proceso judicial, el tiempo de espera hasta recuperar la posesión y la incertidumbre sobre el estado real del piso.

Estos factores se agravan en zonas donde se concentran muchas viviendas ocupadas. EL ESPAÑOL se desplazó hace unas semanas a este barrio del norte de Alicante, donde los vecinos relataron la decadencia de la zona en los últimos años.

Los residentes apuntan a la pobreza creciente y al cierre progresivo de comercios como algunas de las consecuencias de una situación que, lejos de resolverse, sigue siendo uno de los grandes retos pendientes de la ciudad.