Alicante

Lo que parecía una buena noticia, el despegue del sector de las centrales solares en España y, en concreto en Alicante, donde se ha disparado el interés y los proyectos empresariales en el último año, no lo es para parte de los vecinos donde se asentarán

Entre ecologistas, plataformas y vecinos, muchos de ellos extranjeros residentes en la comarca del Vinalopó, se niegan a que se instalen en sus territorios. Los motivos, desde el medioambiental hasta el de salud, pasando por el económico o, incluso, ideológico

"Multitud de proyectos de macro centrales solares están en trámite de instalación en las comarcas del Vinalopó, con una superficie de miles de hectáreas, y más de 100 kilómetros de líneas y torres de alta tensión, todo ello en terreno agrícola y forestal, incluso en zonas protegidas como las faldas de la Sierra de Salinas y los alrededores de su Laguna o el pantano de Elda y la Serra del Cavall en Petrer limitando directamente con espacios de la Red Natura 2000", afirman desde la plataforma Stop Plan Solar Vinalopó.

Visor cartográfico que especifica dónde pretenden instalarse estos proyectos.

  

Este colectivo ha puesto el foco en esta ocasión en la pequeña localidad de Salinas, "el publico que está más amenazado de toda esta avalancha de macroplantas". Con una población de 1.600 habitantes y un término municipal de 6.170 hectáreas, en la actualidad existen al menos 5 proyectos planeados en su término con una ocupación total de 1.300 hectáreas, aseguran

De estos proyectos, añaden, únicamente tres están en fase de exposición pública y son los que pretenden ubicarse en la zona del Alto Don Pedro (zona de alto valor ambiental donde se practican deportes montaña, senderismo y escalada), Castillejos y el Cabezo (por dónde recientemente se ha realizado la tradicional caminata de montaña de la Romería de San Isidro) y la Sierra de la Umbría (bordeando la laguna de Salinas).

Estos tres proyectos suman un total de 440 hectáreas, el equivalente a más de 450 campos de fútbol. El resto de los proyectos están en una fase más inicial "y de ellos los vecinos se están enterando por el visor GVA de la Generalitat Valenciana", denuncian.

Como ha venido contando este medio, en el reciente decreto ley 2022 de medidas urgentes en respuesta a la emergencia energética y económica originada en la Comunitat Valenciana por la guerra en Ucrania, la Generalitat pone el límite del 3% de suelo no urbano común para la instalación de estas macroplantas. Una medida, en teoría, pensada para evitar estas avalanchas y que, sin embargo, no convence a la plataforma y a la asociación de vecinos de Salinas.

"Si tenemos en cuenta este límite, la desproporción del caso de Salinas queda más manifiesta ya que de las 6.170 hectáreas de término municipal, únicamente cuenta con unas 3.000 hectáreas de suelo no urbano común (quitando el suelo urbano y todo el territorio protegido de Sierra y Laguna), por lo tanto, el límite estaría en unas 90 hectáreas y actualmente ya están en exposición pública macroplantas solares por 450 hectáreas y otros proyectos más hasta las 1.300 hectáreas".

Concentración este domingo

Por todos estos motivos, esta plataforma y asociación local han convocado este domingo un acto de repulsa -a las 11.30 horas en la Plaza de España de Salinas- para manifestar su total descontento con cómo se están tramitando todos estos proyectos.

En particular, lamentan la actitud de los ayuntamientos que, "poco o nada han informado a la población, mientras las propias empresas promotoras han reconocido que llevan más de dos años tramitando la compatibilidad urbanística con ellos".

Este hecho, añaden en un comunicado, "deja en evidencia el oscurantismo y la nula participación que se le ha dado a la población hasta ahora". Este tipo de proyectos, al que achacan "un claro impacto ambiental y paisajístico", también considera que implicarán para poblaciones como Salinas "un antes y un después enterrando cualquier posibilidad de desarrollo rural a futuro".

Y es que el municipio del Alto Vinalopó ha visto muy mermado en las últimas décadas su tejido industrial y sus ya escasos servicios y comercios (por la cercanía y dependencia de poblaciones más grandes alrededor), quedando cómo única posibilidad de desarrollo, recuerdan, "una explotación sostenible de su patrimonio ambiental en actividades como la agricultura ecológica y, sobre todo, el turismo rural".

Residentes extranjeros

Salinas lleva, sobre todo desde 2017, experimentando un aumento de su población gracias a los residentes extranjeros que han fijado su residencia en esta pequeña localidad en busca de una alta calidad de vida. Precisamente esta comunidad de centro y europeos del norte es una de las más movilizadas en contra de estas macroplantas solares.

“¿Qué personas van a tener interés en visitar los parajes de Salinas invadidos de placas solares? ¿Quiénes vendrán a escalar al Alto Don Pedro? ¿Cómo va a funcionar un posible alojamiento en la Casa Calpena rodeada de un mar de placas solares?” se preguntan desde la asociación de vecinos de Salinas. 

Por otro lado, las vías de evacuación desde estas macroplantas solares hasta la subestación de Petrer es otra de las preocupaciones de este negocio ya que, esgrimente, conllevan kilométricos tendidos de alta tensión "con la consiguiente pérdida de eficiencia energética". "Estos tendidos afectarán a muchas familias y vecinos de la zona, dejándoles cautivos bajo estas torres de graves efectos para la salud de las personas", sostienen.

Las líneas de alta tensión según el visor cartográfico de la Generalitat.

Por último, tanto la plataforma como los vecinos recuerdan q ue estas macroplantas no van a aportar, sostienen, "ningún beneficio a la población local". Ambas entidades, recuerdan, están a favor de las energías renovables y de un modelo de desarrollo sostenible respetuoso con el medio ambiente "y también respetuoso con el patrimonio natural y cultural de la zona".

¿Qué proponen?

Por ello abogan por un modelo de energía solar distribuida o fragmentada, fomentando el autoconsumo y las comunidades energéticas (pequeña escala) y buscando ubicaciones "racionales" de las placas como son las cubiertas de edificios o suelo industrial.

"Un modelo totalmente opuesto al de las grandes empresas y fondos de inversión internacionales que hay detrás que únicamente buscan hacer negocio con el territorio y el paisaje, ese mismo paisaje que para miles de personas forma parte de su historia sentimental y de la de sus ancestros", concluyen. 

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