Nuevos tiempos para el Hércules. Beto Company ha dirigido este martes en Fontcalent su primera sesión como máximo responsable técnico del equipo alicantino, al que pretende devolver la confianza tras un inicio de competición repleto de dudas, sobre todo a domicilio.
El técnico valenciano, que llega con David Vilanova como segundo —su mano derecha en el Andorra— aterriza en un vestuario tocado. La derrota en Elda y la salida de Rubén Torrecilla dejaron una mezcla de desánimo y desconcierto que Company ha tratado de rebajar desde el primer minuto. Su debut fue, en ese sentido, tan emocional como táctico.
En su primera sesión al frente del equipo, el técnico, que ha abierto las puertas del entrenamiento, algo poco corriente en los últimos tiempos, ya ha esbozado algunas de las líneas maestras de lo que pretende que sea su Hércules, como la intensidad, la apuesta por los extremos y el gusto por la posesión.
Sobre el césped, el nuevo entrenador ya dejó ver las líneas maestras de lo que pretende. Ritmo alto, juego por bandas, circulación rápida y amplitud constante. La posesión, como en su etapa en el Principado, volverá a ser herramienta y refugio.
No es casual: Company, de 46 años, fue una apuesta personal de Gerard Piqué para el Andorra por su afinidad con el juego asociativo. Su libreto es el del 4-3-3, precisamente la estructura que la dirección deportiva considera ideal para esta plantilla.
El valenciano quiere recuperar la confianza perdida, especialmente fuera de casa, donde el Hércules ha mostrado su versión más frágil —un punto de 18 posibles— en este arranque de curso.
El nuevo técnico se encuentra, al menos, con una enfermería que comienza a vaciarse. Roger Colomina, Dapaah y Soldevila siguen fuera por lesiones de larga duración, pero el ritmo de reincorporaciones es cada vez mayor. Para el choque ante el filial del Betis, eso sí, Company no podrá contar con Fran Sol ni Carlos Rojas, ambos lesionados.
En el Andorra, donde ejerció primero como segundo y luego como técnico principal, el efecto Company no fue inmediato. El equipo necesitó tiempo para adaptarse al nuevo plan, pero cuando lo hizo caminó con decisión, especialmente en la fase de ascenso, en la que no concedió ni una derrota.
Torrecilla se despide
Mientras el equipo avanza hacia su nuevo rumbo, el capítulo de Rubén Torrecilla se cierra definitivamente este miércoles con una rueda de prensa de despedida en el Rico Pérez.
El extremeño se marcha tras dos años y medio marcados por luces y sombras: un final de temporada complicado, un arranque irregular… pero también el mayor motivo de alegría del herculanismo en tres lustros años: el ascenso a Primera RFEF.
Torrecilla deja un poso emocional importante. Lo demuestran los mensajes de despedida que varios de sus exjugadores han publicado en las últimas horas en redes sociales, agradeciéndole su trabajo y deseándole suerte para el futuro.
