Alicante

El primer embajador del Centenario del Hércules ya tiene nombre propio: Francisco Escudero Paquito (Rafal 1966). Estaba cantado que el alicantino tenía que formar parte de una manera u otra de la histórica celebración, ya que durante un cuarto de siglo defendió a la entidad alicantina en el césped, el banquillo y los despachos.

El excapitán será presentado este viernes, en el Rico Pérez, su casa, como el primero de los cien embajadores del Hércules que la Comisión del Centenario, de la mano con el club, pretende nombrar para representar a la entidad en todo el planeta futbolístico.

Los servicios de Paquito al Hércules son infinitos. Inició su etapa como jugador a principios de los 90, formando junto a Pascual Luna Parra, otra leyenda viva blanquiazul, uno de los mejores medios campos del Hércules a lo largo de su historia.

Paquito logró dos ascensos con el Hércules como jugador, uno a Segunda (1992-93) y otro a Primera (1995-96), a los que añade dos, uno como segundo entrenador con Mandiá (2004-05) y otro a Primera como director deportivo (2009-10).

Por el camino quedan sus registros en el césped. Es el segundo jugador con más partidos oficiales en la entidad con 342, solo superado por el fallecido Juan Baena. Defendió la camiseta del Hércules en tres categorías diferentes y es uno de los pocos jugadores de la historia del club que puede presumir de haber marcado al menos un gol en Segunda B, Segunda y Primera.

Defensa del club

Los méritos de Paquito escapan más allá de su enorme legado sobre el terreno de juego. Dejó el fútbol en acto de servicio, con el equipo en Segunda B, tras sufrir una grave lesión de rodilla de la que ya no se recuperó. Ya nunca se soltó de la mano del club. Hizo de todo por el Hércules. Fue adjunto a la dirección deportiva de la mano de Parra, ayudante en el banquillo de Mandiá y de Bordalás e, incluso, tomó las riendas del equipo en las últimas jornadas del campeonato 2006-07, tras la destitución de Yosu Uribe, para corregir el rumbo de la nave y evitar su descenso.

Fue el arquitecto del último Hércules campeón, al que llevó a Primera en la 2009-10, apostando por Esteban Vigo para su banquillo. Tras el descenso, el alicantino conoció la otra cara del Hércules y de Enrique Ortiz, quien lo incluyó en un ERE.

Años después, Paquito regresó al Hércules, ahora como director de su cantera, pero abandonó el cargo en 2014, muy erosionado por la mala gestión de la entidad y las escasas ayudas al fútbol base.

Paquito sujeta a Ronaldo en la histórica victoria 2-3 en el Camp Nou de la liga 1996-97.

Regresó por última vez a la entidad, otra vez en plena tempestad, en enero de 2020, de nuevo a la dirección deportiva en compañía de Paco Martínez para evitar otro descenso, algo que en esta ocasión se encargó de lograr la pandemia.

Ídolo como jugador de la afición por su entrega, compromiso y sacrificio, en sus últimos años en el club se le acusó de ser un hombre de Enrique Ortiz, algo que él siempre negó. "Yo soy del Hércules y defiendo al Hércules", afirmaba el excapitán, quien vivió en primera persona el auge y caída del proyecto herculano en varias ocasiones.

Su peso histórico, su carisma y su herculanismo fueron utilizados en infinidad de ocasiones por los dirigentes para solucionar problemas internos o defender posturas indefendibles, a pesar de que a larga pudieran erosionar su imagen.

El Paquito jugador sigue siendo un símbolo del Hércules, representado en una imagen que es icónica del herculanismo. En un partido de Copa del Rey ante el Elche, y en medio de un ambiente cargado y hostil, el capitán esquivó un bote de cerveza lanzado desde la grada cuando estaba cubriendo el palo de la portería antes de un saque de esquina. Paquito recogió la lata, la abrió, miró al tendido y le dio un trago antes de retirarla del terreno de juego para volver a su posición defensiva. Así era Paquito y así merece ser recordado.

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