El Elche afronta una semana marcada por la Copa del Rey, pero el mensaje que ha lanzado el entrenador del equipo, Eder Sarabia, en la previa del duelo ante el Eibar va mucho más allá de una eliminatoria a partido único.
El técnico franjiverde, aún dolido por la derrota en Mallorca, pide perspectiva y reivindica el valor de un año que, pase lo que pase, ya considera "maravilloso" y "histórico".
"Es verdad que los resultados fuera de casa no están siendo buenos, pero el cómputo del año 2025 ha sido y es maravilloso y eso no nos lo quita nadie", afirma el vasco, decidido a poner el acento en todo lo construido desde el ascenso y no solo en los últimos tropiezos como visitante.
El entrenador del Elche insistió en que esa valoración no es una cuestión de resultados puntuales, sino de todo lo que el club ha sido capaz de sostener durante el año.
"Por lo que estamos viviendo y construyendo juntos y por lo que hemos sido capaces de desarrollar en Primera y poner al Elche en el panorama futbolístico", presume el técnico, convencido de que su proyecto tiene mucho más recorrido que el corto plazo.
Sarabia reconoció que el equipo vive instalado en un nivel de exigencia muy alto, hasta el punto de que cualquier partido que no sea brillante genera incomodidad en el propio vestuario y en su entorno.
En ese sentido, el Elche se ha convertido, en cierto modo, en prisionero de su propia exigencia, una consecuencia directa de la identidad y la ambición con la que compite.
"La grandeza con la que juega este equipo nos hace ser a todos más exigentes. Si no haces un partido redondo parece que algo no funciona", reflexiona.
La derrota en Mallorca, más en la forma que en el fondo, ha abierto un debate interno. El técnico desvela que ha mantenido una charla con sus jugadores para entender qué ocurrió y, sobre todo, qué sensaciones tienen sobre el césped cuando el equipo actúa lejos del Martínez Valero. Un ejercicio de autocrítica que enmarca dentro de un proceso de crecimiento que, a su juicio, sigue siendo claramente positivo.
Duelo en Ipurua
En mitad de ese contexto aparece la Copa del Rey y la visita a Ipurúa (martes, 19:00 horas). Sarabia no esconde que la competición le ilusiona y la considera una "preciosa oportunidad para mejorar" y para trasladar fuera de casa el convencimiento que el Elche muestra como local.
"Espero un rival que querrá hacerlo lo mejor posible. Tiene jugadores de mucho nivel y un equipo competitivo", afirma el vizcaíno, que espera "la mejor versión" de un adversario que, tras comenzar con fuerza el campeonato, ahora ha caído a la zona de descenso y anda inseguro en las tareas defensivas.
Sarabia garantiza que el Elche será "valiente y competitivo en el duelo" ante un rival y un escenario "con condiciones especiales".
El preparador vasco dará oportunidades a varios de los jugadores que disputaron las anteriores rondas de Copa y añadió que "todos están preparados para disputar 120 minutos", si bien reconoció que "nos gustaría solucionarlo antes".
La competición abre una ventana de nuevo a la titularidad de jugadores como el portero Matías Dituro; los defensas Bambo Diaby y Léo Pétrot; los centrocampistas John Chetauya y Fede Redondo; o los delanteros Yago de Santiago y Álvaro Rodríguez, además de algunos futbolistas de la cantera.
Las únicas bajas son Grady Diangana, convaleciente de una lesión muscular, y André da Silva, quien, pese a reaparecer en Mallorca, ha vuelto a acusar problemas físicos, por lo que el técnico lo reservará para el próximo compromiso de Liga.
"Tenemos condiciones y equipo para hacer un gran partido. Debemos apretar arriba para robar, ser ganadores en los duelos y tener pausa en campo contrario", señala el técnico como posibles claves de un partido en el que avisó de que el Elche también debe estar preparado "para defender bien el área".
Aparcada la Copa, el técnico enfocó de nuevo la Liga, aunque para pedirle a su afición que ante el Rayo convierta el partido en una "fiesta" colectiva. "Que vengan a ponerle la matrícula de honor a un 2025 maravilloso e histórico", sentencia.
