Pablo Verdú
Alicante
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A tiro de piedra. Ni el más optimista de los seguidores del Lucentum hubiera dibujado en el pasado mes de diciembre un escenario como el actual. Tras protagonizar el equipo el peor arranque de siempre en una competición, con diez derrotas en otras tantas jornadas, el conjunto alicantino luce en Semana Santa con la permanencia al alcance de la mano.

La resurrección lucentina tiene dos nombres propios. Rubén Perelló, el entrenador milagro, y Daniel Adriasola, el presidente. El técnico aceptó regresar a Alicante, donde vivió hace 13 años su mejor año en un banquillo, en una decisión en la que pesó más el corazón que la cabeza. El balear, experto piloto de tormentas, aportó frescura, serenidad y optimismo en medio del caos.

El presidente, por su parte, tomó decisiones valientes y arriesgadas, haciendo juegos malabares con el presupuesto, en plena crisis. Cambió de entrenador, asumió errores propios y ajenos en la confección de la plantilla y rectificó.

La suma de ambos factores ha llevado al Lucentum a sumar 11 victorias en 19 jornadas, la última de ellas en Burgos ante Tizona, equipo con aroma de playoff. El equipo con moral de cristal es ahora capaz de superar todo tipo de inconvenientes, incluso la deserción horas antes del partido de una de sus estrellas, Prince Ali, que dejó tirado al grupo por un "cruce de cables", según deslizan desde la entidad.

El próximo viernes, el Lucentum recibe al Ourense en el Pedro Ferrándiz en un partido que puede meter de lleno al conjunto alicantino en una dimensión impensable, si bien Perelló pisa el freno y para devolver al Lucentum a su realidad.

"No miro más allá del próximo partido. Hemos estado 25 jornadas entre la última y la penúltima posición. Hemos sufrido mucho", recuerda el balear, consciente de que no hay necesidad de generar expectativas innecesarias alrededor del equipo.

Dos más

Rubén Perelló admite que los últimos triunfos permiten "respirar al equipo" fuera del descenso y pronostica que serán necesarias al menos "dos victorias más" en las cinco jornadas que restan para el final para asegurar la continuidad en la categoría.

Los seguidores más optimistas ven ante el Ourense la posibilidad de abrir una ventana hacia el playoff, pero los pesimistas alertan de que una derrota dejaría al Lucentum, con un calendario complicado por delante, con solo dos victorias de margen sobre varios rivales directos con los que tiene el average perdido.

"Estamos en dinámica positiva y vamos a intentar seguir sumando y ojalá podamos lograr el objetivo lo antes posible", resume Perelló, que ya ha pasado página de la deserción de Prince.

"No quiero entrar en el tema. Me importa el equipo, los que están. Hemos hecho más equipo que nunca. Con los que estamos vamos a ir hasta el final y a conseguir el objetivo", sentencia.