Alicante

La llegada del buen tiempo y las fiestas de las Hogueras de Alicante tienen una banda sonora, La manta al coll. Tan pegadiza como el Baby Shark, esta canción se registró en la SGAE en junio de 1953 y celebra su vigencia enraizada en la cultura popular aunque apenas genera doscientos euros en derechos a sus herederos.

El humorista alicantino José Arqués Tolo, como autor de la letra, y el músico Manuel García Ortiz registraron este tema en la Sociedad General de Autores hace setenta años. Oficializaban así un tema que habían creado para animar las rifas de la Hoguera Campoamor, a la que pertenecían, y con la que recaudaban fondos para sus actividades festeras.

Las siete décadas que han transcurrido han pasado desapercibidas de manera oficial en la programación de las fiestas de San Juan. Pero como subraya el experto Felipe Sanchís, investigador y profesor en el conservatorio profesional de música de Alicante, "quizá no ha tenido un reconocimiento oficial, pero hoy estará sonando infinitas veces y ese es su éxito, que sea el himno popular".

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Frente al himno oficial que compuso Luis Torregrosa para que lo interpreten bandas, el legado de García Ortiz se transmite con la dolçaina i el tabalet. Así lleva años haciéndolo Sanchís, criado con esta melodía que cualquier dolçainer aprende como una de las piezas básicas del repertorio y que se ha extendido ampliamente por la Comunidad Valenciana y Cataluña. "Es la gran aportación de Alicante al mundo de la música tradicional", destaca.

"Hay muchas piezas de música popular que no tienen tanta fuerza", apunta Sanchís. él mismo lo sabe cuando desfila estos días acompañando a la Colla de Nanos i Gegants por las principales calles de Alicante y observa el efecto que consigue cuando empiezan a tocar su melodía. "El carácter repetitivo y sencillo hace que siempre funcione y eso le da más fuerza. Y las estrofas son siempre infinitas, pero la gente del pueblo , intuyo, que ha ido creando nuevas letras y por eso ha ido variando", razona.

El jaleo con las letras, porque así se puede definir, lo conocen bien las herederas de Tolo. María José Arqués reconoce que "nadie recordaba todas las estrofas". "Todo por partes", añade. Por eso recuerda lo "emocionante" que fue encontrar los papeles en una casa donde se conservaban papeles de la orquesta con la que colaboraba, Gom. Para juntarlas participaron tíos y tías de ambas ramas que aportaron sus papeles, "con otras estrofas nuevas y algunas repetidas".

Las letras

Sanchís razona que la estructura de la canción facilitaba eso: "Es una pieza tradicional de estribillo y estrofa que se van repitiendo". El otro factor que la hecho conectar con diferentes generaciones desde los años cincuenta hasta la actualidad es "la letra que canta el público y el sentido humorístico", para quienes la recuerden, claro.

En la versión que enseña su hija hay ocho estrofas que plantean historias totalmente diferentes en cada una de ellas. La última de ellas juega al doble sentido y la picardía sexual de la época: "La hija de Agapito, / más linda que un belén, / se pasa el santo día / sentada en el andén. / Ni tren ni viajeros / le causan ilusión, / tan sólo es el pito / del jefe de estación".

En otra de esas estrofas también sigue esa línea: "Un perro feo y grande / tras de una perra fue / y con mucha insistencia / le olía no sé qué. / La perra le dijo al perro: / no seas animal, / no empieces que nos miran, / te espero en el portal". Emilia Soler, la heredera por parte de García Ortiz, remarca el "carácter muy educado y con muy buenas actitudes" que este mantenía. Para nada, añade, dentro de esa línea pícara que introducía su amigo Tolo.

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Esa diferencia en el carácter puede que fuera la base para que mantuvieran la amistad durante años y trabajaran juntos, hasta que Tolo falleció con 47 años. Su prematuro fallecimiento es la causa de que tanto María José como su hermana, conocieran la canción a partir de su madre que se la tarareaba de pequeñas. Sanchís ahora hace eso mismo con sus pequeñas, que como muchas otras, hacen palmas al escuchar su contagioso estribillo y el "arreando chim pam pum" que lo remata.

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