Alicante

Un antes y un después. La exposición El pintor José Aparicio. 1770-1838 se estrena en el Mubag de Alicante con la voluntad de marcar un claro punto de inflexión en el conocimiento y difusión del artista alicantino que con una ajetreada vida marcó el inicio del siglo XVIII en la pintura española.

Y para conseguirlo hay un nombre que han destacado todas las autoridades, el de la comisaria Pilar Tébar. Investigando sobre su obra desde 1989, la también directora del Instituto Alicantino Gil-Albert valora que con esta muestra siente que se cierra un círculo sobre este creador que había caído tanto en el olvido que hacía cien años que no tenía una exposición en su ciudad natal.

La vicepresidenta de la Diputación de Alicante, Julia Parra, destaca el papel de Tébar que "nos ha permitido que haya un antes y después en su obra". Y así lo señalan también el director del Mubag Jorge Soler y el director del Consorci de Museus José Luis Pérez Pont. "Tenemos la capacidad e historia, pero para eso hay que investigar y luego exhibir, porque se ha hecho un trabajo", explica este último.

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Soler repasa la trayectoria de un autor al que muchos alicantinos conocerán más por dar nombre a una céntrica calle que por su obra. "Y este alcanzó el reconocimiento en su época ya que fue pintor de cámara del rey", indica sobre ese éxito en vida, a pesar del cual "no tuvo una vida fácil porque estuvo preso en Roma y fue encarcelado por no prestar fidelidad José Bonaparte y murió en la pobreza porque no fue del agrado de los liberales en la regencia de Maria Cristina".

Restauradas para la muestra

La exposición se articula en tomo a las diferentes etapas de su vida. Comienza con su periodo de formación en España —Alicante, Valencia y Madrid—, continúa con su etapa de pensionado en París y Roma y termina con su vuelta a España y su reconocimiento como pintor de cámara. Testimonio de todo ello es una amplia selección de cuadros, dibujos, grabados y documentos, que subrayan el contexto histórico en el que se crearon.

Tébar, detalla orgullosa la laboriosa documentación conseguida y el acceso ofrecido por las diferentes instituciones que poseen fondos relacionados con Aparicio. "He tenido la suerte de investigar en los principales archivos, de los cuales hay una selección de documentos que contextualiza las obras que no han podido venir". Pero si uno fue excepcional fue el redescubrimiento de unas obras que habían permanecido guardadas, los dibujos que guardaba el instituto Jorge Juan en Alicante de la que fuera llamada Escuela del Mar.

El retrato del rey Fernando VII para el que José Aparicio trabajó como pintor de cámara.

Tébar destaca que de las 37 obras seleccionadas, con un mayor énfasis en la producción hecha en Alicante, se han restaurado dos expresamente para esta exposición. Unos fondos para los que también ha agradecido la colaboración del Museo del Prado por el número de obras prestadas, cinco, un hecho que valorado particularmente por su excepcionalidad. Como también ha agradecido ese apoyo a los otros museos que han contribuido con sus fondos para que Aparicio sea conocido en su tierra y pase a ser algo más que el nombre de una calle.