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La isla de Nueva Tabarca es uno de los tesoros más populares en la actualidad de la ciudad de Alicante, pero hace más de sesenta años era un pequeño secreto que servía para rodar películas. Y por ella pasaron referentes del cine británico que luego levantarían el mito de James Bond. Ahora el Ayuntamiento, a través del Patronato de Turismo, recupera esa herencia audiovisual.

La ruta de cine de la isla es la cuarta que activa el patronato Alicante City & Beach con el objetivo de promover el turismo y resaltar la historia cinematográfica de la provincia. "Esta iniciativa también es una forma de reconocer a quienes han apostado por la ciudad para llevar a cabo sus proyectos, tanto nacionales como internacionales", explica la concejala Ana Poquet.

Poquet valora que "en Alicante apostamos por las producciones audiovisuales", como prueba una lista que va creciendo con más rapidez en los últimos años gracias al intenso trabajo de captación de rodajes, que han traído a Alejandro Amenábar y Antonio Banderas, entre otros.

Pero si estos son ejemplos muy recientes, la ruta de cine que promueve el Ayuntamiento permite bucear en la historia y comprobar que en 1957 una coproducción como Manuela pasaba por la isla y mostraba la plaza Mayor o la calle d'Enmig.

De que eso fuera posible se encargó un treintañero Guy Hamilton. Este director británico vino a la provincia con un reparto que incluía a la italiana Elsa Martinelli y a sus compatriotas Trevor Howard y Donald Pleasence. El primero de estos, de hecho, optaría dos años más tarde para ser el primer James Bond, un mérito que conquistaría por su juventud Sean Connery.

Después de que el escocés, que lanzó a la gran pantalla las aventuras de Ian Fleming, se retirara para otros papeles, llegaría Guy Hamilton a dirigir títulos icónicos como Diamantes para la eternidad, que consolidarían la creación del moderno cine de acción.

Y Pleasance, como muchos otros intérpretes británicos, también pasaría en la década de los 60 por la franquicia Bond con Solo se vive dos veces.

Las casualidades de las conexiones en el cine llevan a Un hombre solo, una película estrenada en 1969 y que dirigió el alemán Harald Phillip. Para esta cinta, la única que no está digitalizada de las que se han rodado en Nueva Tabarca, escogió como protagonista al británico Robert Brown.

Este alcanzaría fama mundial en los 80 gracias a encarnar a M, el jefe de James Bond. Y lo haría cuando este lo encarnaba Roger Moore en cintas como Octopussy y Panorama para matar y también en el breve paso de Timothy Dalton por la saga en 007: Licencia para matar y 007: Alta tensión.

Estos son solo dos ejemplos de los hilos que se pueden estirar cuando se reconoce la labor de los profesionales que pasaron por la isla, como lo hizo Paco Rabal en 1959 con El hombre de la isla. La curiosidad del público, como bien sabe el Patronato, se demuestra con el escaneo de los códigos que aparecen en estas señales en forma de antigua claqueta.

Ana Poquet avanza que la intención es seguir ampliando el legado con una quinta fase en la que se recordará el paso de más rodajes por la Albufereta.