La tercera visita de Paloma Sánchez-Garnica a las Veladas Literarias del Maestral la trae con Victoria, la ganadora del Premio Planeta. De la preocupación por los totalitarismos pasa al racismo en Estados Unidos y denuncia que "la violencia de los nazis contra los judíos es muy similar a la violencia que sufrieron los negros con el Ku Klux Klan".
La mirada de Sánchez Garnica se centra habitualmente en el pasado porque "me interesa entender lo que somos y aprender de los errores para entender el mundo presente en el que vivo y para estar mejor preparada para el futuro".
Unas lecciones más necesarias que nunca con la sucesión de novedades en política internacional que trae Trump: "Me sorprende la complejidad que estamos viviendo porque el mundo está ahora mismo gobernado por gente extraña y no sabemos a dónde nos puede llevar".
Los años dedicados a la documentación de la Europa de los años 40 y ahora los Estados Unidos la llevan a dudar sobre lo próximo que puede pasar. "En los dos extremos, tanto Estados Unidos como Rusia, hay un equilibrio extraño que no sabemos hacia dónde puede girar, hay que esperar".
Ese retrato de la Segunda Guerra Mundial a la Guerra Fría que novela en sus libros superventas lo lleva a aventurar que "ahora se está fraguando algo, no sé si es guerra caliente, guerra templada, guerra fría, pero se está fraguando algo".
"En Victoria quise poner todo el horror que había habido en los años 30, y sobre todo en los primeros 40 con la Segunda Guerra Mundial y lo que supuso para Europa y para el mundo el horror del Holocausto, y poner en contraposición lo que era una democracia como Norteamérica", razona.
Al escoger el "país más poderoso del mundo, más justo del mundo y cuna de la libertad y del Estado de Derecho" señala "una serie de fallas que se podían asimilar perfectamente a lo que se vivió en Europa durante los años 30 y los años 40".
Es ahí donde compara "el hostigamiento, la violencia, la coerción de los nazis contra los judíos es muy similar al hostigamiento, la violencia y la coerción que sufrieron los negros con el Ku Klux Klan y todo el ámbito de las leyes de segregación racial".
Una analogía con la que resalta "la impunidad con la que actuaban los blancos amparados en esos capirotes" amparados en que "en esa época estaba legitimada la discriminación". Lo que recuerda que llevó a "esa violencia" sin castigo: "Podían matar, asesinar, violentar a las personas negras y prácticamente no pasaba nada".