A la increíble velocidad de un tren a 70 kilómetros por hora María Reig envía a diez personajes a recorrer Europa en Sonó un violín en París. Con esta novela ambientada a finales del siglo XIX que recrea los orígenes del turismo de masas llega este viernes a Alicante a las veladas literarias del Maestral.
"El punto de partida de querer recorrer una Europa sin tanto turismo, sin tanta masificación, fue cuando estuve en Florencia, en mi primer Interrail", recuerda. A su paso por la atestada piazza della Signoria en la bella ciudad italiana, pensó "qué bonito tiene que ser esto sin tanta gente".
Esa imagen se quedó grabada en su mente y después de tres exitosas novelas le sirvió de punto de partida para un libro coral con el que crear una novela histórica con la que quiere atrapar a los jóvenes.
Ella misma ha emprendido otra clase de viaje a través de la documentación para recrear con detalle un recorrido que parte de París. Durante casi un año ha escarbado en los fondos digitales de museos como el Met de Nueva York, el Victoria & Albert de Londres y los del Ferrocarril y el Traje en Madrid "para poder recrear cómo se viajaba hace 130 años".
"Esas colecciones de los museos, los planos de las ciudades, las fotografías, todo esto me ayuda a aterrizar en una época", destaca con entusiasmo. Un tiempo, también, en el que la torre Eiffel era un hito reciente y en la que "solamente eran unos pocos los que podían viajar".
Por eso valora que "es una maravilla que cada vez podamos viajar más personas, que se haya hecho accesible el turismo a las clases medias". Y, como puntualiza, "es una suerte, pero por otro lado, es cierto que en algunos puntos puede llegar a ser agobiante".
El viaje de Sonó un violín en París es también un vehículo para hablar de hoy y de los cambios sociales, o no tanto, sobre la ansiedad o la homosexualidad. De la primera invita a "reflexionar sobre lo profundamente solitario que tenía que ser el enfrentarse con un episodio de ansiedad sin saber muy bien lo que te pasa, sin que haya un apoyo de tu entorno, porque nadie sabe muy bien qué es lo que te pasa".
Y así reflejar que las diferencias entre que "cada uno vive su vida y se topa con una serie de realidades muy diversas" porque "una cosa es la visibilidad o la tolerancia que tenga la sociedad en la que tú vives con respecto a cómo eres tú, qué te define como ser humano, y otra cosa es que, evidentemente, que tú lo vivas o no".
Por eso insiste en una de las bases con las que ha afrontado la visión del pasado a través de sus novelas: "Algo que tengo muy presente es que somos seres humanos, ayer y hoy, en cualquier época que queramos atacar".
De ahí que concluya que "cuando viajamos al pasado, lo hacemos en toda la diversidad posible y todas las múltiples formas de vivir la vida que han existido siempre".