Alicante

Los tres autores que componen Carmen Mola vuelven a Alicante con las veladas literarias del Maestral, el restaurante que ha transformado su última novela, Infierno. La dureza de los ambientes que retratan en sus novelas se mantiene, como así promete el título, pero en él han sabido esta vez encontrar hueco para descripciones de comidas. "Teníamos miedo de que nos sirvieran sopa con piedras", bromea Agustín Martínez sobre un ciclo literario que ajusta los menús al contenido de los libros.

Famosos por la crudeza con que acompañan crímenes, Antonio Mercero asegura que "no tenemos una cantidad de sangre límite porque lo que nos interesa es que en la historia tenga sentido ese momento de desparramarla. Es verdad que es una marca de la casa y no tenemos ningún tabú ni somos melindrosos a la hora de retratar la violencia, pero tampoco nos gusta ponerla gratuitamente. Si hace falta mucha, mucha. Y en el Infierno hay momentos en que hace falta".

La entrevista para EL ESPAÑOL la realizan en el Archivo Municipal de Alicante, un espacio en el que se pueden ver restos humanos bajo los cristales. En esta nueva novela para Planeta regresan al siglo XIX como hicieron con La Bestia. Jorge Díaz, el alicantino de este trío, cuenta cómo han tenido que buscar en libros de viajeros ingleses y americanos sobre España y Cuba. "Encontramos uno que se llamaba Cuba, a pluma y lápiz que era fantástico porque decía el precio hasta de los viajes en carruaje. Y después siempre hay que recurrir a los periódicos, donde se encuentra mucha información del día a día de la ciudad".

[Este restaurante de Alicante está cambiando la forma de escribir de los novelistas con sus cenas literarias]

Estos viajes al pasado continuarán, aunque los ávidos lectores de Carmen Mola ya están esperando para saber qué pasa en la saga de la inspectora Elena Blanco. Agustín Martínez cuenta que "ahora mismo estamos en la continuación de Las madres porque era una novela que terminaba con un final abierto y los lectores nos podían matar si no dábamos alguna explicación". 

El intenso ritmo de publicación que tienen les marca un libro por año, con lo que ya tienen ideas en mente para un siguiente libro con Planeta. "El siglo XIX nos gusta mucho: es conflictivo y tiene un montón de situaciones que dan pie a historias. A lo mejor en algún momento volvemos para cerrar ese tríptico que de alguna forma se podría hacer sobre el siglo", plantea.

La intensa promoción que supone un libro como Infierno les ha llevado a recorrer toda España en los últimos meses de 2023. El inicio de 2024 lo toman con más tranquilidad, como explican, porque tienen que centrarse en la escritura. Por eso eligen más dónde quieren ir y ahí reconocen su debilidad por Alicante desde que conocieron estas veladas con cena en las que se prepara un menú específico sobre el libro.

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"Nuestros personajes lo suelen pasar mal en las novelas y comen regular", explica Martínez, "corríamos el riesgo de que toda la comida fuera muy mala: a base de sopas y cosas así". Por eso bromea que "había incluso una sopa de piedras que nos daba miedo de que la pusieran en las cenas del Maestral". Después de su paso, lo tuvieron en cuenta al preparar Infierno. "Así que esta vez hemos puesto un par de cenas de alto copete pensando en que el menú que se hiciera nos alimentara bien, con cosas que nos apetezca más".