Alicante

Batman, Spiderman, Indiana Jones, Homer Simpson... Piense en un superhéroe y habrá bajado al coso a coger su gran reto por los cuernos o a sacar su capa para torear. Eso es lo que recopila y analiza Del ruedo al cómic. Toros y toreros entre Superman y Rompetechos. Y el escenario que la acoge es el Museo de la plaza de toros de Alicante en una exposición que permanecerá en Alicante hasta el 6 de agosto.

Fernando González ha dedicado muchos años de trabajo a recopilar los ejemplos que presenta en vitrinas o enmarcados en los pasillos del museo. Su trabajo ya se pudo ver hace unos años en Madrid, cuenta, pero es ahora cuando se aprecia lo laborioso de su investigación que abarca desde un ejemplar de 1925 hasta una novela gráfica en la que él participa que se editará el próximo año.

Y el recorrido empieza con una palabra que definió lo que eran las historietas gráficas en España, TBO. "Es una obra de arte", cuenta con entusiasmo mientras presenta la muestra. Esta portada de Castanyer la compara con Las Meninas por el empleo del dibujante valenciano de la técnica de Velázquez para situar al fondo lo que debería el centro y dedicar su atención a público, monosabios y demás en una tarde de lluvia de abril.

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Arranca con lo que se llamaban tebeos, precisamente por el éxito de esa cabecera. Historias hechas desde España donde el torero solía ser siempre objeto de burla, explica, siguiendo el papel que había encarnado ya en la prensa satírica durante el siglo XIX en las primeras publicaciones ilustradas.

En esta parte los ejemplos escogidos suelen quedar solo en la portada, ya sea en una gran ilustración o en una página autoconclusiva sin conexión con el resto de historietas que se podrían encontrar. Con ello González cree que se demuestra que llevar el tema taurino a la portada servía como gancho para vender en los años cincuenta y sesenta.

Ya a finales de esa década y en otra publicación icónica, Pulgarcito, nacía Plim el Magno de la mano de José Escobar, cuando este ya era ampliamente conocido por los gemelos Zipi y Zape. En la página escogida del que llama el primer superhéroe dibujado en España, el torero seguirá siendo un elemento de humor escogido en este caso para poner sin dolor a un enfermo las medicinas que necesita con grandes inyecciones.

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Estos ejemplos sirven a González también como ejemplo de cómo los símbolos de la tauromaquia se entienden internacionalmente gracias, entre otras, a estas representaciones. "Un niño de cualquier país entiende que a un toro se le pone un paño rojo, por ejemplo. El cómic juega con estereotipos reconocibles por el lector y eso se sabe en todo el mundo".

Villano en Marvel

Y a ello ha contribuido mucho la cultura popular americana usando las plazas, los toros y los toreros como manera gráfica de representar a México, en la gran mayoría de casos, o España. Así lo hicieron en DC Comics cuando llevaron a Batman a uno de sus primeros viajes por el mundo y que han seguido haciendo hasta el año pasado. En Batman: El Mundo, Paco Roca lo lleva a Benidorm y lo coloca sobre un toro de Osborne para crear una muy reconocible visión del país.

Marvel hasta llegaría a crear un villano que ha seguido utilizando, aunque muy escasamente, en su universo: Matador. Aparece por primera vez en el número cinco del que entonces era Dan Defensor y donde se jugaba con la idea de los cuernos que lleva la máscara de Matt Murdoch. Y de los años 60 hasta principios de este siglo tendría que esperar para reaparecer.

En Marvel se publicaron en los años 80 las adaptaciones de las películas de Indiana Jones y se animaron a crear una serie de líneas nuevas. En la portada de una de ellas se le ve luchando contra un toro en la que habría sido una corrida mítica en La Monumental de Barcelona, con Luis Miguel Dominguín y Manolete. "Eso era cuando en Barcelona aún tenían toros", recuerda.

A otro torero famoso le dedicaron la portada del periodista más famoso del mundo, Tintín. La popularidad de El Cordobés era tan alta que así le dedicaron tan destacado espacio. En este siglo la tauromaquia sigue apareciendo como elemento identificador o curioso, como Deadpool en los encierros de San Fermín, o como un escenario exótico para basar una serie, como el manga Golondrina.