Alicante

En 2016 Carlos Salado arrancaba con Pasa el canutito su película Criando ratas. Una rumba cuya letra transportaba inmediatamente al universo que recreaba el cine quinqui de finales de los 70 y principios de los 80. Ambos trabajos tuvieron éxito, con casi cuatro millones de reproducciones solo en YouTube, y le han permitido lanzar su otro sueño, Uña y Carne.

Rumba para una película neoquinqui Miquel Hernandis Alicante

En las calles del alicantino barrio de Santa Cruz, el director y músico saca su guitarra y se suelta para improvisar unos acordes con ella. Está contento porque la promoción del disco Lo que el tiempo no sabe borrar marca el fin de los dos años de preparación que han tenido él y su vocalista Antonio Clavería.

"Han sido dos años encerrados en la cueva", cuenta con su sonrisa perenne, "grabando, desarrollándolo, equivocándonos, yendo p'alante, p'atrás, cortando, copiando... Locura, locura". Ese largo y tortuoso camino ha podido recorrerlo "porque hemos tenido la suerte de que el grupoIdex apoyó el proyecto".

Y eso fue una parte fundamental para que pueda tener entre manos este disco. "Es una agencia en la que he trabajado mucho tiempo dirigiendo publicidad y haciendo bandas sonoras. Creyó en mi disco, en las canciones y metió capital, recursos y trabajadores".

Eso le ha permitido desarrollar un proyecto como este con mimo. Un proyecto en el que se pasó años hasta que logró encontrar a un cantante como Antonio, con el que pudiera emprender una carrera musical. "Si haces un proyecto en el que vas a poner tanta energía, más te vale hacerlo con mimo".

La faceta cinematográfica pesa mucho en el proyecto Uña y Carne. "Como cineasta, no solo como compositor, es importantísimo. Es una necesidad imperiosa que tengo", asegura. Y con aquella película de escasísimo presupuesto lo demostró. Fueron seis años de trabajo hasta poder hacerla.

Su idea es que los vídeos, como una segunda parte de Criando ratas, cuenten lo que le sigue pasando al Cristo. "Somos cuentacuentos, narradores, y contamos su historia. ¿Y quién mejor para interpretar todos los vídeoclips que el protagonista de mi cine quinqui?".

Temas como Pasa el Canutito, Yo me Drogo, Dejo la Tierra, Ceniza Muerta, Ya lo decía mi pare, le sirven para estructurar ese relato donde las canciones mandan, en una especie de musical neoquinqui. "Los vídeos cuentan la historia del Cristo en las diversas épocas de su vida. Desde que estuvo metido en la droga y el narcotráfico hasta su paso por la cárcel, la búsqueda de una segunda oportunidad y su reinserción".

Uña y carne le pone en bandeja esa oportunidad para seguir haciendo cine. "Lo que pasa es que el formato no es el largometraje, si los reúnes todos puede llegar a ser uno, pero contado desde otro punto de vista".

Noticias relacionadas