Benidorm
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Los rascacielos de Benidorm esconden a plena vista de sus visitantes, las bases del futuro de la sostenibilidad en las ciudades. Y Europa está a punto de premiarlo para aprender de su trabajo y divulgarlo al mundo. El municipio alicantino es uno de los cuatro candidatos al título de Green leaf.

El próximo miércoles, en Lituania, se reunirá el jurado de la Comisión Europea que tendrá que elegir entre Assen, Saint-Quentin, Siena y Benidorm cuál es la merecedora de esta distinción para 2027. El orgullo del trabajo bien hecho, por el que ya presumen de ser Green Pioneer, se palpa.

La Comisión Europea valora que esta candidatura sea una labor de equipo de la ciudad. Por eso al contar a EL ESPAÑOL su trabajo se evita el personalismo en las fuentes municipales y de Visit Benidorm.

Con casi 75.000 habitantes censados, más una importante población flotante que se quintuplica en verano, sus soluciones urbanísticas se estudian desde hace décadas. Y por eso se enorgullecen del plan urbanístico de 1961, el cual marcó que el 61 % del suelo no fuera urbanizable.

Esta protección del suelo se ha mantenido durante más de seis décadas. Y el crecimiento urbano y de población se ha hecho apostando por fomentar la construcción en altura. La reciente presentación del proyecto de torre residencial más alta de Europa lo demuestra.

Con la ONU señalando que el 70 % de la población mundial vivirá en ciudades para el 2050, el ejemplo de Benidorm se hace crucial. Este municipio costero es el que más rascacielos por habitante del mundo tiene. Y así destacan que este modelo vertical es el que les permite trabajar para ser Hoja Verde.

Para ganar el título tendrán que demostrar su fortaleza en siete ejes, entre ellos agua, aire, residuos y biodiversidad. Los datos enviados abordan áreas como la mitigación y adaptación al cambio climático y el ruido.

La gestión del agua es una "fortaleza" que ha sido reconocida por la propia Comisión Europea, indican. Un ejemplo destacado es la reutilización, incluyendo los fangos para hacer combustible que abastece el funcionamiento de las depuradoras.

En sus 38 km² de extensión presumen de "una espectacular biodiversidad". Y lo prueban recordando que cuenta con cinco espacios de la red Natura 2000 y el Parque Natural de Serra Gelada.

Eso en la superficie, porque como apuntan también están las 172 hectáreas de praderas de posidonia bajo el mar. Y es que, pese a que sus playas son mundialmente conocidas, este aspecto suele ser menos conocido por el público, según el equipo de promoción.

La campaña de Benidorm para ser Hoja Verde la titulan "¿Por qué no?" (Why not?), precisamente buscando desmontar las creencias de quienes no creen en su sostenibilidad. Y por eso razonan que este proceso no trata de si la ciudad "gusta o no", sino de la gestión ejemplar con datos.

De ahí que la comunicación de la candidatura culmina con la frase: The urban model you can trust (El modelo urbano en el que puedes confiar). Esto se apoya en los años de seguimiento de datos y el proyecto de mejora continua.

El futuro de las ciudades

En caso de ganar, la ciudad tiene planificado un programa de actuaciones para los 12 meses de 2027. Este programa busca atraer a otros destinos y expertos para que conozcan de primera mano las prácticas singulares y eficientes.

El reconocimiento serviría como "altavoz" para que las buenas prácticas de Benidorm puedan ser replicadas en otros lugares. El objetivo es formar parte de una red europea para conocer también las buenas prácticas de los demás.