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Vecinos del barrio alicantino de Carolinas Altas están en una situación límite ante la "presión" por parte del nuevo propietario del bloque en el que viven para que abandonen sus viviendas en las próximas semanas cuando terminen sus contratos de alquiler.

En total son 15 familias afectadas, con menores, mayores y personas enfermas, las que residen en régimen de arrendamiento en dos bloques de pisos de la calle Pascual de la Mata nº 23 y 25.

Este jueves han realizado una rueda de prensa con el apoyo del Sindicat de Barri de Carolines para revelar "la amenaza de desalojo" que enfrentan tras la adquisición de ambos inmuebles por parte de la empresa Hostelería Carrusel S.L.

En los últimos días los vecinos han recibido un burofax por parte de la nueva propiedad informándoles de que no se les renovará el contrato de alquiler, dando a los afectados apenas semanas, o meses en los mejores casos, para buscar nueva residencia.

La propiedad no les ha comunicado sus planes en los edificios y tan solo les ha informado de que no les renovará porque tiene que realizar obras de renovación para garantizar la seguridad de los bloques, que ya ha comenzado, según el sindicato.

Fini, una de las afectadas, ha lamentado que su sueldo "no da ni para alquilar una habitación en Alicante. Tengo una nena de 12 años que empieza el instituto el martes. No tengo por qué cambiar de ciudad para que vengan otras personas".

Los bloques de viviendas en Carolinas Altas. J.V.

La portavoz del Sindicat de Carolines, Elena Bronchalo, ha señalado que la intención de los vecinos es "permanecer en el bloque y defenderlo hasta el final".

"Este tema va muy en la línea de lo que está sucediendo en este barrio. El propietario nos intenta vender un discurso de preocupación por la seguridad o por las condiciones de la infraestructura del inmueble, pero si tanto le preocupase la seguridad de los residentes no los echaría a la calle", ha apuntado.

Además, han criticado la instalación de cámaras de videovigilancia antes que la reparación de los telefonillos.

Los vecinos se reunirán de nuevo con la propiedad con la intención de negociar unos nuevos contratos de alquiler.

Los actuales contratos oscilan entre los 120 y los 300 euros, y esperan poder negociar "una subida moderada entre los 330 y 470, de acuerdo a los índices estatales y a los sueldos en este barrio trabajador", han resaltado desde el sindicato.