Alicante
Publicada

Como cada año, la isla de Tabarca se convierte en uno de los mayores reclamos turísticos del verano para miles de locales y extranjeros, poniendo a prueba los servicios de la isla habitada más pequeña de España.

Entre 3.000 y 5.000 personas diarias visitan este pedazo de Alicante, considerado conjunto histórico desde hace 40 años, pero tanto vecinos como alicantinos reclaman medidas urgentes para garantizar que el turismo no arrase con el patrimonio de la zona.

Las principales críticas tienen que ver con la masificación turística de la isla y la falta de servicios para hacer frente a la temporada alta.

Una vecina denunció ante los micrófonos de Noticias Cuatro que "hay basura por todos lados, en la puerta de mi casa me tiraron caldo de caldero con espinas de pescado".

Ella es una de los 50 habitantes censados de la isla que sufre las consecuencias de la falta de basureros, bomberos y servicios médicos.

"Te pasan por al lado con las motos de agua, no hay nadie que esté aquí pendiente de todo esto", lamentaba otra vecina.

Por su parte, el Ayuntamiento de Alicante ha anunciado que ha aumentado de tres a cinco los operarios del servicio de limpieza durante los siete días de la semana hasta el mes de agosto.

Además, ha implantado la recogida puerta a puerta dos veces al día, del 1 de junio al 30 de septiembre, en los establecimientos de hostelería con un nuevo vehículo eléctrico, y ha articulado el punto limpio de la isla "para optimizar el traslado de los residuos a la península antes de la llegada de los turistas".

Pero estas medidas pueden no ser suficientes ante la oleada de visitantes. En las redes sociales, cientos de usuarios ya han mostrado su descontento con la situación.

"La isla está saturada, o se limita o va a acabar mal", escribe un usuario. Otra lamentaba que "destruyan lo único bonito que tenemos", mientras que un tercero resalta que "la gestión es un desastre, el abandono es total, la gente que vive en la isla está harta".

Desde la oposición, el portavoz de Compromís en Alicante, Rafa Mas, denuncia que "el abandono es total, este año es peor que nunca".

"Hay solo un conserje para toda la isla y todo el patrimonio histórico está o cerrado o abandonado. Toda la isla está llena de basura y escombros, y han colocado unos toldos que han costado 166.000 euros que solo han estado dos semanas", enumera Mas.