La Comisión de Desembalse de la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) aprobó ayer la nueva planificación de desembalses y restricciones para los próximos meses, del 35% para los aprovechamientos tradicionales y el 49% para no los tradicionales de los regadíos de los sistemas de los ríos Segura, Mundo y Quípar. Estas restricciones se justifican en el menor número de precipitaciones de este otoño.
Para 2025-2026 inicialmente se había aprobado un desembalse de hasta 268 hm3, pero la CHS sitúa ahora el volumen previsto en 255 hm3, es decir, unos 13 hm3 menos de lo planificado por la Comisión de Desembalse en septiembre. Todo esto se produce cuando se siguen aplicando restricciones de agua trasvasada desde la cuenca del Tajo, año tras año, y no se puede suplir esta carencia para el regadío de Almería, Murcia y Alicante con agua desalada por el elevado precio de ésta.
Según los datos oficiales, el otoño 2025 (octubre–noviembre) ha sido más seco de lo normal en la mayor parte de la cuenca del Segura, con menos lluvia y, en consecuencia, menores caudales disponibles que la media de referencia, salvo en zonas puntuales como el Campo de Cartagena y sin contar las lluvias del último fin de semana.
En octubre de 2025 la cuenca registró una precipitación media de unos 31–32 mm, frente a una media histórica cercana a 43 mm, es decir, alrededor de un 25% menos de lluvia que lo habitual en esa fecha. Las proyecciones de AEMET y CHS registran que, en el periodo del 1 de octubre al 28 de octubre de 2025, la mayor parte de la cuenca quedó por debajo del 50–75% de las precipitaciones normales 1991–2020, excepto el Campo de Cartagena, donde se superaron e incluso duplicaron los valores habituales.
El informe hidrológico de la CHS a 1 de noviembre de 2025 indica que las aportaciones y existencias permiten mantener la situación global en “normalidad” sin sequía prolongada, pero con índices de escasez que sitúan a la UTE principal de la cuenca en un nivel cercano a la alerta, lo que refleja caudales ajustados respecto a las demandas.
En resumen, el otoño de 2025 ha aportado menos agua que la media de los últimos decenios en buena parte de la cuenca, de modo que los caudales disponibles son inferiores a lo que sería un otoño “medio”, aunque la situación general no se considera de sequía severa gracias al apoyo de embalses, trasvase y desalación.
Ante esta situación, la Comisión de Desembalse de la Confederación ha fijado un volumen de desembalse de 255 hm3 hasta final del año hidrológico 2025/2026, inferior al previsto inicialmente por menores aportaciones en octubre-noviembre y mayores consumos. Según expone, con el objetivo de mantener existencias mínimas en los embalses de alrededor de 60 hm3 al final del periodo.
La CHS también subrayó que el abastecimiento urbano está plenamente garantizado y que estas medidas serán revisables en cualquier momento en función de la evolución hidrológica de la cuenca, y en cualquier caso antes de finalizar el próximo trimestre, enero-marzo de 2026. Además, se iniciará un periodo de pruebas de la Batería Estratégica de Sondeos, previendo su posible activación si continúan las condiciones hidrológicas desfavorables.
